Considerada una de las más valiosas colecciones de pintura chilena de nuestro país, la Pinacoteca de la Universidad de Concepción comenzó a formarse en 1919 con la compra de los primeros lienzos de autores nacionales, casi al mismo tiempo que la UdeC nacía.
Este patrimonio histórico se ha ido incrementando con los años y hoy esta colección, entre óleos, acuarelas, dibujos y grabados, suma 2 mil 67 obras originales, entre adquiridas y donaciones, tanto de artistas chilenos como de coleccionistas particulares. Incluye entre sus obras desde Anónimos Coloniales, Precursores y Maestros de la pintura chilena, hasta obras de prácticamente todos los Premios Nacionales.
Posee, asimismo, una importante presencia de pintura contemporánea de destacados artistas como José Balmes, Rodolfo Opazo, Eduardo Martínez Bonati, Roser Bru, Gracia Barrios y Guillermo Núñez, entre otros.
En este contexto, un total de 68 pinturas de esta colección conforma la muestra 198 años de pintura en Chile: Grandes obras de la Pinacoteca Universidad de Concepción que se exhibirá en el centro cultural casas Lo Matta, del Municipio de Vitacura. La inauguración se realizará el próximo jueves, a las 20 horas.
La muestra, que ofrece un recorrido por los diferentes períodos de la pintura chilena, se presentará en torno a siete ejes temáticos: Nace el mito del artista en Chile,  La academia y el disciplinamiento del imaginario, El triunfo del canon, Nuevos actores sociales en la pintura: la Generación del 13, La lección Cezanniana, Hacia la individualidad expresiva y El artista como agente de cambio social, y contará con visitas guiadas, material interactivo  y talleres.
La curadora de la Pinacoteca, Sandra Santander, explica que esta exposición reúne una parte tan importante como representativa de este patrimonio artístico, pues “propone una nueva lectura de las obras clásicas nacionales, configurando con ello la dimensión reflexiva, crítica y creativa que posee la labor expositiva, generando a su vez una serie de diálogos y conexiones que superan con mucho la posibilidad de significación de las obras por separado", explicó.
El proyecto incluye pinturas de José Gil de Castro, (1785-1841), cuyos retratos realizados en los inicios de la república marcan el punto de inflexión en la actividad artística nacional. “Es la época en que la sociedad post-colonial toma conciencia de su propia identidad, distinta de la española, y necesita construir una autoimagen que la haga diferenciarse y trascender con rasgos propios. También están algunos de los pintores extranjeros como Raimundo Monvoisin, (Burdeos, Francia, 1790-1870); Mauricio Rugendas, (Augsburgo, Alemania, 1802-1858); Alejandro Cicarelli (Nápoles, Italia, 1808-1879); y Juan Mochi, (Florencia, Italia, 1831-1892); artistas que permanecieron y pintaron en nuestro territorio y que dejan una considerable serie de obras, principalmente de paisajes y retratos, como también discípulos, que más tarde contribuyeron a perfilar una pintura con rasgos identitarios propios”.
Entre éstos se cuentan los cuatro maestros de la pintura: Pedro Lira, (1845-1912); Alfredo Valenzuela Puelma, (1856-1909), Juan Fco. González (1853-1933), y Alberto Valenzuela Llanos, (1869-1925), “quienes consolidan y enriquecen el quehacer artístico nacional como pintores, maestros  y, en el caso de Lira, ejerciendo también la crítica de arte”, señala Santander.
Los pintores Antonio Smith (1832-1877) y Manuel Ramírez Rosales (1804-1877), considerados los precursores del paisajismo chileno, presentes también en esta selección, aportan una importante serie de lienzos realizados a mediados del siglo XIX principalmente de la zona central, explica.
Entrado el nuevo siglo se abre el escenario a  nuevas propuestas estéticas. “Acuden a nuestra pintura los ecos del impresionismo, que altera notablemente la concepción del espacio pictórico, aparece la noción de atmósfera y el protagonismo de la mancha y el color por sobre el dibujo. En este período irrumpe en escena la Generación del Trece, aportando una mirada ideológica del entorno (...) Su gran mérito estriba en haber fundado una pintura de estirpe social dentro de la búsqueda de un lenguaje más arraigado en lo nacional”, explica la artista.
Aquí se encuentran obras de Ezequiel Plaza, (1892-1947), Pedro Luna, (1896-1956), Arturo Gordon, (1883-1944), Abelardo Bustamante, (1888-1934) y Alfredo Lobos (1890-1917), entre otros miembros de esta Generación, pintores figurativos influenciados por la escuela española, pero con una profunda búsqueda de los rasgos autóctonos, producto de una marcada inquietud por lo social.
“La selección de obras que componen esta exposición evidencia los cambios experimentados en el arte nacional, desde las primeras estampas e ilustraciones que registraron lugares y personajes de nuestro territorio en el siglo XIX hasta hoy”, dice.
Así tenemos a Alberto Pérez, Eduardo Martínez Bonati, José Balmes y Gracia Barrios, (integrantes del “Grupo Signo”), quienes transforman y tensionan el lenguaje artístico con obras fechadas a fines de  la década del 60, y que asumen esta condición de artista comprometido con su tiempo y  realidad contingente.
“Cada una de las 68 obras que componen esta exposición  aproxima y valora la obra de arte como un todo original y único, y al mismo tiempo, ofrece al espectador una metodología expositiva que le permite articularlas con las conexiones posibles y relacionarlas con los contextos y procesos de las mismas, enriqueciendo el análisis del arte chileno en el transcurso de 198 años” concluye la curadora.