El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, lanzó esta semana un libro sobre la educación en responsabilidad social empresarial, en el contexto latinoamericano, que reúne los conocimientos de académicos de diversos países de la región, especializados en la formación de formadores en el tema,  seleccionados a partir de un taller celebrado en marzo en Panamá.
La idea del taller fue establecer definiciones en torno a la educación en responsabilidad social empresarial, como explica la directora del Programa de Responsabilidad Social  Universitaria de la UdeC (RSU), doctora Gracia Navarro, quien es la única chilena incluida entre los seis autores del libro.
La colaboración de la sicóloga aparece en el tercer capítulo del libro, bajo el título Comportamiento socialmente responsable. Hipótesis para su desarrollo.
La sicóloga señala que la invitación del PNUD se produjo justo cuando había terminado su libro Moralidad y responsabilidad social: bases para su desarrollo y educación, que comenzará a circular en los próximos días, pero que en ese momento no estaba impreso.
El texto del PNUD –que se está difundiendo en formato electrónico desde ayer  bajo el título Enfoques y herramientas de formación en responsabilidad social en Iberoamérica- recoge parte de este texto y lo funde en un apartado que refleja la perspectivas universitaria sobre la materia.
A juicio de Gracia Navarro, esta invitación “es un reconocimiento externo  a la productividad que hemos tenido en la Universidad en torno a este tema”, donde –dice- se ha generado un volumen importante de conocimientos.
De hecho, su libro -dice- resume la experiencia de más de una década dedicada al estudio científico de la responsabilidad social en sus diversas facetas: individual, grupal, colectiva, organizacional, universitaria o profesional.
“Es un libro que tiene la finalidad de ayudar a quienes educan. En él se entregan los conceptos, las diferencia entre unos y otros”, cuenta.
Para la magíster en responsabilidad social corporativa, el libro iberoamericano recoge los aspectos más prácticos desarrollados en su texto, sin embargo considera que para una buena educación sobre el tema es necesario conocer el contexto en que se da esta formación. De esto habla en los primeros capítulos de  Moralidad y responsabilidad social.
Importante, es a su juicio, conocer los contenidos del capítulo sobre Moralidad y la teoría Triuna que, afirma, es un área de reciente desarrollo y “que muestra que las personas funcionamos moralmente desde bases biológicas”. Por otro lado, y como resultado de una reflexión profunda sobre el tema, en su texto  propone, en una concepción de moralidad desde una perspectiva integradora, que la conducta socialmente responsable refleja el máximo nivel de la moralidad.
Experiencia UdeC
Desde la experiencia desarrollada a partir del primer proyecto Mecesup sobre responsabilidad social (iniciado en 2003), Gracia Navarro señala que en la Universidad se ha llegado al convencimiento de que “para formar personas socialmente responsables hay que incorporar el tema de manera transversal en el currículo”.
Y es lo que se ha hecho: en diciembre del año pasado –recuerda la doctora Navarro-  el Consejo Académico aprobó por unanimidad que el modelo educativo, validado en la UdeC, se aplicara a todas las carreras.
“Esto implica que los estudiantes tienen que conocer a nivel cognitivo, conductual y afectivo la responsabilidad social profesional”. Pero -explica- ello no se logra agregando un curso específico, como hacen la mayoría de las universidades, sino que se integra de manera transversal en la formación profesional.
“Los estudiantes de primer y segundo año trabajan los aspectos cognitivos, es decir conociendo lo que es ser un profesional socialmente responsable. Luego, a nivel de tercer y cuarto año, se incorporará la responsabilidad social en dos asignaturas básicas de la carrera, con profesores voluntarios preparados previamente y, finalmente, a nivel de practica profesional o trabajo de titulación, aprenden a nivel afectivo,  enfrentándose a dilemas morales donde ellos tienen que optar por una conducta individualista  o por la conciliación de la satisfacción de sus necesidades con la de los otros”.
La académica indica que la aplicación en cada nivel importa la capacitación de los profesores. Hasta el momento, cuenta, se ha capacitado a 140 académicos y desde agosto comenzará la capacitación vía on line.
Pero hay más: en la instauración del modelo educacional UdeC, en adelante todos los académicos que se incorporen a la casa de estudios deberán pasar por una formación en responsabilidad social, “para que sepan, desde el momento que ingresan  a la Universidad, que llegan a colaborar con un modelo educativo, que es validado y reconocido internacionalmente, que está patentado,  en el que se forma profesionales socialmente responsables, donde ya no basta ser bueno en lo técnico sino también se necesita que aprendan a hacer la conciliación entre la satisfacción de las propias necesidades y las de otros”.
Lo mismo ocurrirá con los funcionarios, en el entendido de que la Universidad es una comunidad educativa en la que cada uno de sus integrantes aporta a la formación de los futuros profesionales.
Mediciones
Cuando mira los inicios del trabajo en responsabilidad social en la UdeC, Gracia Navarro no oculta el orgullo que siente por los logros alcanzados de manera gradual, hasta ahora que existe un modelo validado, a través de mediciones que demuestran la efectividad de la formación que se entrega a los jóvenes en el área.
“Hemos trabajado en dos proyectos Mecesup.  Con el primero, que se desarrolló entre 2003 y 2007, se diseñó y validó el modelo educativo con un diseño cuasi experimental,  donde se midió -antes y después con grupos de tratamiento y de comparación-responsabilidad social,  valores y actitudes”.
Para hacer eso, relata, se  construyeron y validaron instrumentos –también patentados- que en este momento de usan incluso en otras partes del mundo.  Las mediciones mostraron que sí hay diferencias  estadísticamente significativas en la integración de la responsabilidad social y actitudes favorables hacia ella entre quienes pasan por la formación y quienes no lo hacen.
A partir de estos datos –que son científicamente probados-  y a través de un segundo proyecto Mecesup, que partió en 2007 y terminó hace 2 días, se efectuó la transferencia del modelo educativo al 40% de las carreras de la Universidad, cuya efectividad comenzará a medirse en el lapso de 3 semanas.
De aquí adelante,  afirma, el modelo pasa a formar parte de todas las carreras y se transfiere, además, al proyecto Mecesup que está desarrollando la Dirección de Docencia en torno a la formación de competencias genéricas.
Protección de conocimientos
La doctora Navarro destaca asimismo la importante asesoría recibida desde la Unidad de Propiedad Intelectual de la UdeC en la protección de los conocimientos generados desde el Programa, incluyendo -además- el registro de propiedad intelectual del libro Moralidad y Responsabilidad Social. 
Reconoce que hasta hace poco no conocía los alcances de los derechos de propiedad intelectual, materia en la que se introdujo  con la llegada de la abogada Ximena Sepúlveda   a la jefatura de la UPI. “ahí comenzamos a ver que los manuales que nosotros hacemos para educar personas socialmente responsables, el desarrollo de competencias, y otros productos, se podían patentar para la Universidad. Lo que hicimos con los manuales, como estábamos trabajando 4 universidades, es que se sacó la propiedad intelectual para las 4 instituciones, porque todo este trabajo de ha hecho gracias a la colaboración”.