En una charla denominada ZIM Technology, se dieron a conocer las características de una nueva sonda no invasiva para el monitoreo en línea del estrés hídrico de plantas. Se trata de una herramienta para el control y la programación del riego y una mayor comprensión de la respuesta fisiológica al estrés provocado por la sequía.
La actividad fue realizada por Annika Shüettler, quien destacó las ventajas de este sistema. “Es una innovadora sonda que consiste en 2 imanes que ejercen fuerza magnética. La hoja de la planta va entre esos 2 imanes, entonces lo que uno mide es el diferencial entre la presión que ejercen los imanes y la presión de turgor, es lo que conocemos como PP, y esa está inversamente correlacionada con la presión de turgor. Con esto, se está conectado a un sistema telemétrico, a un transmisor de banda inalámbrica que transmite los datos a un radio controlador y ese los propala a un servidor que está en Alemania y se puede ver directamente a través de Internet. Entonces, en tiempo real es posible monitorear cómo se encuentra el estado hídrico de tu planta y, de acuerdo a diferentes parámetros, se va evaluando el estado de ella, a fin de ir optimizando el protocolo de riego. A partir de ahí se fijan los umbrales críticos, es decir dónde se hacía necesario el riego, y eso se ingresa en una base de datos, de tal modo que la próxima temporada, independiente de la temperatura, se puede ver cuándo los umbrales son alcanzados y automáticamente se genera una alarma para regar”, explicó Shüttler.
De acuerdo a lo planteado, esta tecnología permite ahorrar tiempo, pues es apta para el uso en terreno, es de fácil aplicación, lo puede hacer cualquier persona y los datos y estado de las plantas se pueden monitorear desde cualquier lugar.  “Lo bueno es que uno puede ver los registros desde la oficina, desde el iPhone o Smartphone, si por ejemplo estás de viaje. En ese sentido es bastante práctico”, manifestó la profesional, quien agregó que el costo es accesible.
“Todo depende de cuán rápido quieres optimizar tu campo, pero para unas 15 o 20 hectáreas son como 6 mil o 7 mil euros. Si quieres menos también se puede hacer pero vas a avanzar mucho más lento”.
Por su parte, el coordinador de la charla y docente del departamento de Recursos Hídricos de la facultad de Ingeniería Agrícola del Campus Chillán, Jorge Jara, señaló que, “se trata de un sensor que es capaz de medir un componente muy importante, que indica el estado hídrico de la planta que es el turgor o presión. Es un sensor de fácil implementación. Es como saber si uno tiene fiebre o no, así de simple, y con esa simpleza se busca obtener datos de la planta. El aparato lleva recién un año en el mercado y aparentemente hasta ahora está en una etapa de expansión de uso masivo a nivel de investigación, de ahí traspasarlo a nivel de agricultor, seguramente habrá que hacer ensayos, probar, capacitaciones, etc”.
A la actividad asistieron investigadores, profesionales del agro, y estudiantes de pre y posgrado de Ingeniería Civil Agrícola y Agronomía.