El desarrollo de biocombustibles a partir de la utilización de biomasa forestal constituye una oportunidad para nuestro país, por su disponibilidad y las perspectivas de desarrollo tecnológico en la producción de combustibles de segunda generación,-que son los que se obtienen a partir de biomasa lignocelulósica, como maderas, residuos forestales y residuos agrícolas-.
Este tipo de biocombustibles representa una alternativa económicamente viable, que no compite por el uso el suelo con los alimentos y posee un balance energético ampliamente favorable. La utilización de los desechos de la actividad agroforestal e industrial maderera, el incremento en la densidad inicial de plantaciones destinadas a pulpaje y las plantaciones de rotación corta son la fuente para obtener la materia prima necesaria para este producto.
El desarrollo de tecnologías que permitan la introducción de los combustibles de segunda generación a la matriz energética nacional es uno de los objetivos principales del Consorcio Bioenercel, adjudicado por la UdeC en 2008 gracias al concurso de InnovaChile.
Este Consorcio está integrado por la Universidad de Concepción, la Universidad Católica de Valparaíso, Fundación Chile, Arauco, CMPC y Masisa, y junto con realizar un conjunto de proyectos que busca proponer una alternativa viable al problema energético de Chile, considera la creación de infraestructura y acciones para la protección y comercialización de los resultados obtenidos.
Jaime Rodríguez, director científico de Bioenercel, explica que existe una tendencia mundial de utilización de biocombustibles: “en Chile esto se hace más necesario por la seguridad energética y, también, porque necesitamos generar empleos... Chile importa el 98% del petróleo que utiliza; es una sangría de recursos hacia el extranjero y no producimos combustibles líquidos. No tenemos ninguna acción decidida para comenzar a producir los biocombustibles. En ese sentido, como Consorcio hemos tomado este desafío de generar la tecnología para producir este combustible en Chile en base a nuestro recurso forestal”, señala.
El Bioetanol ya es una realidad en Brasil, donde se produce de caña de azúcar, y en Estados Unidos, donde se obtiene a partir del maíz. En Chile no existen extensiones grandes de terreno para producir de esos cultivos agrícolas, por lo que –explica Rodríguez- nuestro destino como país es tener un biocombustible de origen forestal. Este sería el bioetanol lignocelulósico, que se produce a partir de la fermentación del azúcar existente en los desechos forestales.
Eucaliptus
Actualmente Bioenercel está en la etapa previa a la construcción de un laboratorio de escalamiento donde se podrán probar las nuevas tecnologías que se han estado desarrollando durante estos dos primeros años.
“Nuestro desafío en los próximos dos años es tener los problemas tecnológicos resueltos, tanto de las plantaciones –es decir, cómo plantar para obtener mayor biomasa- como en la manera de transformar esa biomasa forestal en biocombustibles”, explica Rodríguez.
En ese contexto, esta mañana se realizó un seminario interno donde un grupo de expertos de la Universidad New South Wales, Australia, compartió sus experiencias de investigación en biocombustibles con investigadores de Bioenercel. “Este es un encuentro para conocernos mutuamente y ver las posibilidades de cooperación. Esto no se resuelve por un solo grupo; hoy existen varias redes cooperando para hacer de los biocombustibles forestales una realidad”, dijo Rodríguez.
Uno de los participantes en el seminario fue el experto australiano Fabiano Ximenes, que realiza su investigación fundamentalmente en las áreas de biomasa forestal y carbono. “El objetivo de la visita es compartir nuestro conocimiento en la producción de etanol a partir de biomasa forestal y conocer cuál ha sido la experiencia de Chile”, dijo.
Ximenes explica que en Australia hoy se utiliza etanol en proporción mezclada en la gasolina, como se hace en otros países. “La mayor parte de ese etanol viene de caña de azúcar, pero el desafío es que se utilice biomasa forestal –para no competir por alimentos- que provenga de bosques de eucaliptus, que son los bosques más extensos tanto en Australia como en Chile”, señala y agrega que su visita al Consorcio Bioenercel responde a la búsqueda de alternativas de colaboración para producción de etanol biolignocelulósico.
Los otros investigadores que componen la delegación australiana que, además de Chile contempla visitar algunos centros de desarrollo de bioetanol en Brasil, son Tony Vancov y Shane Mcintos. En el seminario participó además el investigador del Centro de Biotecnología Rafael Rubilar.