Con la formación de un lazo humano, que simboliza la lucha contra esta enfermedad, finalizó el Mes de la Prevención del Cáncer en la UdeC, iniciativa organizada en conjunto por la Dirección de Personal, los sindicatos 1,2 y 3, el Departamento de la Mujer del Sindicato Nº3, la Asociación Gremial de Secretarias, la Sociedad de Académicas y la Dirección de Servicios Estudiantiles (Dise).
Estudiantes, personal académico y administrativo, además de los jugadores del equipo profesional de basquetbol del Club Deportivo UdeC, se reunieron en los pastos frente al edificio Virginio Gómez para formar la figura con globos de distintos colores, los que posteriormente fueron elevados al aire.
Claudia Cerda, integrante del Comité Organizador de estas actividades, aseguró que el balance es más que positivo. “Por primera vez, el Mes de la Prevención del Cáncer incluyó a los hombres, al abordar el cáncer de próstata. La gente respondió en mayor cantidad que el año pasado, pese a lo difícil que es conseguir que participen, y eso es destacable”.
Durante todo el mes se desarrollaron actividades destinadas a enfatizar el papel de la prevención entre las universitarias, cuyo programa concluyó con la charla del médico mastólogo de la Clínica Universitaria, Marcos Vega.
El especialista destacó el aporte de las campañas preventivas en torno al cáncer de mamas, sin embargo, reconoció que no rinden el efecto deseado. “Esto lo tenemos que hacer casi como predicadores todos los años, concientizando para que se hagan el examen (mamografía), porque está estudiado que sólo dos de cada diez mujeres que escuchan una charla finalmente se lo hace y eso es sólo en octubre (el mes del cáncer de mama), después se olvida”, dijo.
En su exposición, explicó que ésta es una enfermedad que tiene mayor prevalencia en países desarrollados, pero que presenta mayor mortalidad en los países en desarrollo. “El 70% de las mujeres que mueren es de países en desarrollo”,  a pesar de contar con iguales capacidades y tecnologías que las naciones del primer mundo. El problema, señaló, es el acceso a la salud, “porque tomar una mamografía a todas las mujeres, todos los años,  es algo impracticable, son muy pocos los países que podrían hacerlo”. En el caso de Chile, contó, el sistema público ofrece el examen, de forma gratuita, después de los 50 años  y cada tres años.
La recomendación general es que las mujeres de más de 40 años se realicen el examen de forma anual y antes si existen antecedentes familiares. El médico insistió en que la mamografía es el mejor método para detectar tumores en fases tempranas, lo que no es posible hacer con el autoexamen.
Sin embargo, enfatizó la importancia de la frecuencia de esta práctica, porque hace una diferencia en las condiciones en que se pesquisan los tumores y su tratamiento. “La paciente que se examina una vez al mes generalmente puede detectar tumores de dos a tres centímetros; la que lo hace una vez al año, llega con tumores de 4 a 6 centímetros, y la  que no se examina nunca se encuentra de repente con tumores de hasta 15 centímetros”, indicó.