Cuando el Premio Nacional de Ciencias y ex presidente de Conicyt, Eric Goles,  reflexiona sobre la omnipresencia de la tecnología en nuestras vidas afirma –como muchos- que resulta impensado que alguien pudiera funcionar en el día a día sin las máquinas.
“Hoy es imposible  pensarnos sin las máquinas, sin calcular. Cuando quiero saber algo y no lo recuerdo no voy a un diccionario, ni siquiera voy a preguntar específicamente lo que voy a preguntar, sino que le pregunto a otra gente a través de las redes sociales”,  dice el reconocido divulgador científico.
El doctor Erick Goles llegó este mediodía a la Universidad para dictar  la clase magistral El pensamiento mecánico: desde Raymundo Lulio hasta Alain Turing  para el departamento de Ingeniería Química y su programa de posgrado.
Para Goles, todo lo que contribuye al pensamiento  mecánico, que es lo que hacen las máquinas –algo rutinario para nosotros, acota- crea una relación de complemento con el hombre.
“Creo que hay una co-evolución entre lo que somos como seres humanos y el entorno técnico que dan las máquinas, especialmente la computación. Hoy somos muchos más  como seres humanos porque nuestra memoria y nuestra toma de decisiones se apoya en redes sociales, en redes de todo tipo.  La computación y ese tipo de máquina han llegado para  convivir con nosotros tal como un día lo hicimos con el perro: lo amaestramos y se quedó hasta el día de hoy”, afirma.
Los computadores y otros dispositivos electrónicos, capaces de almacenar cantidades cada vez mayores de información, son -como indica el matemático- resultado de una evolución a lo largo de distintas épocas en la búsqueda de la mecanización del pensamiento.
Goles propone como el inicio de un hilo conductor de esta historia –no es el único, dijo, porque igual reconoce antecedentes en la geometría euclidiana-  la “máquina” creada por el senescal catalán Raymundo Lulio, en la España del siglo XIII en periodo en que coexistían las culturas cristiana,  judía y musulmana.
Con la idea de convertir a los árabes al cristianismo elaboró una suerte de diagrama que, a partir de ciertas afirmaciones y respuestas, permitiría –a través de la combinatoria de posibilidades- dar un cierto orden a las conversaciones que solía mantener con los sabios musulmanes. Ese, dijo, fue el primer intento de llevar la lógica a una máquina.
Hitos en esta historia, mencionados por el científico, son los intentos de Gottfried Leibniz (Siglo XVII)  de crear un lenguaje para codificar todo lo que es posible verbalizar en una máquina; los postulados de David Hildberg  sobre el poder de las matemáticas, como una especie de juego mecánico, desde las cuales se pueden inferir las verdades, y  las afirmaciones de Kart Gödel que desarmó las ideas de Hilberg señalando que existen verdades indemostrables, lo que, como señaló Goles, “fue el primer  fierrazo al pensamiento mecánico”.
Otro golpe fue el de Alan Turing, quien reformuló los postulados de Gödel, agregando que hay sentencias matemáticas que no se pueden definir como ciertas o falsas, sino que son indecidibles, que no se pueden definir en un tiempo finito.  Con esto, señaló Goles, “le da el golpe de gracia a las matemáticas y le pone límites a la computación”, es decir a la capacidad de resolver ciertos problemas.
Ingeniería Química para la región y el país

Al igual que la Universidad, el departamento de Ingeniería Química –el más antiguo del país- se encuentra celebrando 93 años de vida.  La Unidad académica encuentra su origen en una de las 4 carreras fundadoras de la casa de estudios: la de química industrial, especialidad creada con la idea de aportar al desarrollo de la industria de la región y el país.
Hoy la carrera de Ingeniería Civil Química se ha consolidado entre los mejores  puntajes de ingreso a la UdeC y cuenta con un sólido programa de posgrado -con el magíster y doctorado en Ciencias mención Ingeniería Química- así como una prolífica actividad de investigación que, como señaló el director del Departamento, Alfredo Gordon, obedece a un trabajo permanente de sistematización del conocimiento.
Problemas vinculados a las energías, contaminación de las aguas y el aire; mejoramiento de procesos y tecnologías de producción de alimentos,  utilización de desechos agrícolas y forestales para la generación de sustancias biomédicas o bioactivas, entre otros temas, son parte de las preocupaciones científicas de este deparmento. “Estamos en el frente de lo que el país y la zona requieren”, dijo el doctor Gordon.