El proyecto sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad, más conocido como Ley del Súper 8, que está lista para ser promulgada, ha levantado una serie de críticas entre académicos de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción, Campus Chillán, quienes cuestionan que el proyecto tenga un carácter prohibitivo en vez de educativo. Cabe recordar que la iniciativa legal reside en la prohibición de comercialización de alimentos altos en grasa, sal y azúcar en los establecimientos de educación parvularia, básica y media.

“El tema va por otro lado, porque si la mamá quiere que el hijo coma comida chatarra se la va a echar en la mochila y se la va a comprar en los supermercados, donde además los va comprar al por mayor porque le salen mas baratos. Entonces, yo creo que el tema pasa por la Educación. Yo no estoy en contra de este proyecto, pero creo que esta medida pasa por un tema comercial-económico, más que por conocer realmente los requerimientos nutricionales de los niños. Más que decir que esta ley es buena o mala, el foco hay que centrarlo en la educación. No soy partidario de que se eduque prohibiendo, porque lo único que haces es estimular”, explicó el director del Departamento de Agroindustrias de la Facultad de Ingeniería Agrícola, Juan Antonio Cañumir.

 Educación

De acuerdo a lo expresado por el académico, la educación debiera centrarse en ciertos ejes centrales, como la alimentación saludable, el procesamiento y el etiquetado. “La alimentación saludable es equilibrada y posee los nutrientes que el organismo requiere y que están libres de elementos dañinos para el organismo, y que incluso es ecológicamente sustentable. ¿Un alimento saludable es el que no tiene sal o no tiene azúcar? La respuesta es no, porque el organismo requiere de esos elementos. El punto es que la gente debiera conocer las cantidades que se deben consumir”, explicó el Dr. Cañumir.

Respecto del etiquetado, el proyecto de Ley plantea que los fabricantes, productores y distribuidores de alimentos deberán informar en sus envases los ingredientes que contienen, incluyendo la información nutricional.

En este sentido, Claudia Carrasco, ingeniero en control de Gestión del Centro Agroindustrial de la UdeC (ubicado en Los Angeles) manifestó que “hay particularidades de algunos productos que las empresas quieren realzar. Por eso, hoy las empresas resaltan cuánto contiene de grasas, calorías, etc. Pero hay un vicio también en que la población se eduque de conocer qué es el etiquetado nutricional: debe saber discernir o interpretar que les sirve o no. La cantidad también es importante porque todo esto se calcula por porción”, explicó.

Estrategia

Con el objeto de educar al respecto, la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción, desarrolla desde hace varios años una labor constante con establecimientos educacionales del área.

“Nosotros estamos trabajando con algunos planteles como los liceos Don Bosco de Linares, Agrícola de Chillán, Polivalente de San Nicolás y Forestal El Huertón de Los Angeles, para abordar este tipo de problemáticas. Hay que preparar a los estudiantes”, señaló Cañumir, al tiempo que Claudia Carrasco agregó que “como universidad, nosotros estamos preocupados mostrar los diferentes procesos, con el fin de que de que los alumnos, si van a ser unos futuros profesionales del área, entiendan desde el fondo la conceptualización del alimento y del proceso, que son temas que van de la mano, pero que no necesariamente son los mismo. Un proceso agroindustrial incluye algo más macro, incluye al desarrollo del alimento”.
Finalmente, Leslie Vidal, jefe de carrera de Ingeniería Agroindustrial e Ingeniería en Alimentos de la UdeC, explicó que “para educar hay que hacerlo desde la base, es decir, desde el párvulo. Y hay que enseñarles a nutrirse bien, a informarse de las características y propiedades que tiene un alimento. En el fondo, saber qué se está comiendo y la cantidad que se ingiere”. Ello, puntualizó, con el objeto de inculcar buenos hábitos alimenticios, evitar la obesidad y contribuir a estilos de vida saludable en la población.