Con una fuerte mezcla de emociones asumió la Dirección del Parque Científico y Tecnológico de la UdeC el también Director de Desarrollo e Innovación, Marcelo Molina, uno de los iniciadores de este proyecto junto al fallecido profesor Jaime Baeza, quien se desempeñó como director del parque hasta su lamentable deceso, ocurrido en febrero de este año.
Junto a Marcelo Molina, la Rectoría decidió que Valentina Muñoz pasara a desempeñarse como Subdirectora del parque. El primero indicó que ponerse al frente de este desafío es muy importante en términos de lo que este significa para la Universidad de Concepción y la región, así como para ellos a nivel personal, debido al legado que dejó Jaime Baeza y la fuerte amistad que los unía.
Respecto del parque, Molina explica que lo primero que es necesario entender es que su único norte es el bienestar de la ciudad, la región y el país, y que quizá la muestra más prístina de ello es que la universidad no sólo no tendrá ganancias privadas en función de este, sino que además sufre un costo alternativo muy elevado, al destinar terrenos muy valiosos -90 hectáreas ubicadas en medio de los sectores de Pedro de Valdivia y Lonco- a este proyecto, básicamente porque “tenemos el convencimiento de que va a servir a la región. Esta es una universidad de servicio público, que se debe a su comunidad. Esa es su misión fundacional y en torno a ella es que contribuye al desarrollo productivo a través de diferentes herramientas, y una de ellas será el parque, el cual permitirá atraer y retener talentos, atraer inversiones y generar nuevos emprendimientos, además de contribuir a la imagen regional, en orden a mostrar que seguimos siendo una región universitaria”.
Impacto social
Por su parte, Valentina Muñoz –que participa en el proyecto desde sus inicios- indica que basta mirar el ejemplo de otros parques, para darse cuenta del importante rol que cumplen en sociedades como la nuestra. Uno de los ejemplos más destacados es el del Parque Viscaya, en Bilbao, pleno país vasco de España.
?Cuando partió el parque, los niveles de desempleo estaban en el orden del 20% y hoy eso se ha reducido drásticamente, pues ese parque cambió por completo la matriz productiva del país vasco, que pasó de ser un productor de materias primas a un productor de innovación y desarrollo- explica la directiva, quien agrega que “ello tuvo un impacto increíble en el PIB y en otros indicadores, producto del efecto de arrastre -o ‘inducido’- que se genera.
?Eso significa que todo lo que el parque realiza tiene una incidencia directa en la región, pues provoca un círculo virtuoso de actividades externas, como educación, hotelería, servicios, transportes, retail, etc.? agrega Molina, quien indica que ello se refleja en el índice de impacto inducido, que en el caso de Bilbao es de 1.35.
?Eso significa –explica la subdirectora- que en otros términos existe un 135% de impacto. Llevémoslo al empleo, por ejemplo: Si se crearon mil empleos directos en el parque, el índice de 1.35 significa que nacieron otros mil 350 en la región.
El parque
El proyecto consiste en la creación de un parque que poseerá varios destinados a la instalación de empresas y organismos de investigación de alto nivel, con el fin de reunir en un mismo sitio a la academia, la industria y el Estado, para aprovechar esa sinergia en beneficio de todos. El Parque Científico y Tecnológico de la UdeC, además, contemplará una importante área de protección ecológica, en función del bosque nativo y de una rara especie de cangrejo que habita esa zona.