En la apertura de las actividades conmemorativas del 93 aniversario institucional (que este año lleva por lema UdeC Patrimonio de Chile)  esta mañana se llevó a cabo la ceremonia de entrega de las becas Enrique Molina, Deportiva, Virginio Gómez, Ernesto Mahuzier y Filidor Gaete, todos beneficios propios de la casa de estudios.
Un total de 48 alumnos -47 de primer año y 1 de segundo-  se hicieron acreedores de estas ayudas que, como explicó el director de Servicios Estudiantiles, Miguel Cornejo,   reconocen en ellos sus méritos académicos, deportivos y sociales.
Al abrir la ceremonia -que fue encabezada por el rector Sergio Lavanchy y el vicerrector Ernesto Figueroa- el directivo invitó a los estudiantes “a participar plenamente de la vida universitaria, a compartir con los demás, a ser líderes, a demostrar sus capacidades a través de actividades académicas y sociales, como también a responder a sus familiares que han depositado toda su confianza en ustedes”.
Resaltando la importancia de estas ayudas universitarias, Cornejo dijo a los estudiantes  que las becas que reciben han sido un importante apoyo para muchos estudiantes que han pasado por las aulas de la Universidad. “Hay muchos ejemplos de ex becarios que hoy en día son importantes profesionales, empresarios, investigadores, ciudadanos ejemplares. Esperamos que ustedes continúen contribuyendo a nuestra sociedad”.
Por eso, llamó a los nuevos becarios a aprovechar las oportunidades que les entrega la casa de estudios, asumiendo el desafío de convertirse en “auténticos embajadores de la Universidad”.
Tras esta intervención, se inició la entrega de los beneficios, partiendo por los 32 becarios Enrique Molina y los 10 alumnos (6 mujeres y 4 hombres) favorecidos con  la Beca Deportiva.
Luego se hizo entrega de la beca Ernesto Mahuzier, destinada al  alumno de la facultad de Farmacia que ha alcanzado el mejor rendimiento en el primer año de la carrera. Este año, la beca recayó en la estudiante de Química y Farmacia, Karina Cárcamo.
En tanto,  las becas Filidor Gaete Monsalve –que busca asegurar la permanencia de los egresados de la Escuela de Llico en cualquiera de las 3 instituciones de la Corporación de la Universidad- se otorgaron a Katherine Henríquez y  Erika Figueroa, ambas de Ingeniería Ambiental; y Brenda Salas, de la carrera de Técnico en Enfermería del Instituto Profesional Virginio Gómez.
Finalmente, las becas Virginio Gómez –que otorga el beneficio de residencia a estudiantes mujeres que provienen de fuera de la provincia de Concepción- se entregaron  a Tania Sáez (Ingeniería Civil Química) y Catalina Cabello (Geología).
Un premio al esfuerzo
Compartiendo su experiencia con los nuevos beneficiados, el becario Enrique Molina,  Ricardo de la Paz Guala, recordó lo que significó para él y su familia la noticia haber obtenido la ayuda de la Universidad y dejar atrás las  preocupaciones en torno al financiamiento de sus estudios.   “Los miedos se fueron y pude establecer nuevas metas y dirigir los esfuerzos y esos sentimientos que llegaban a la única causa que quedaba por lograr: enfocarme de lleno a superar los objetivos de esta nueva etapa”.
Para él, estudiante de cuarto año de Ingeniería Civil Matemática, esta beca va más allá de un aspecto económico: es un premio al esfuerzo de cada estudiante y de sus familias, así como una muestra de la confianza que la Universidad deposita en las capacidades de los beneficiarios.
Por su parte, y en representación de sus pares, el estudiante de primer año de Medicina y nuevo becario Enrique Molina, Felipe Arriagada,  señaló que gracias a la Universidad “tenemos un peso menos en nuestras espaldas y una preocupación  menos para nuestras familias, pero a su vez un desafío nuevo en nuestro camino”.