El doctor Luis Burzio, ex alumno UdeC y premio Pasteur 2004, es un convencido de que en Chile los ‘ingenieros sociales’ –políticos, en otras palabras- tienen que darse cuenta de que si no se potencia la ciencia básica no se logrará progreso del país: “sin ciencia básica un país nunca va a progresar, porque esta es la columna vertebral del desarrollo de una economía sólida y con futuro”, señala.
Burzio fue invitado por la Facultad de Farmacia para dar inicio al año académico del posgrado 2012. La idea de la conferencia, explicó el científico, fue instalar una discusión entre los estudiantes sobre la importancia de desarrollar ciencia básica y de cómo esta es capaz de entregarle prosperidad a una sociedad. El académico fue crítico con el rol que cumplen los políticos, quienes a su juicio “han tenido una visión distorsionada respecto a la ciencia básica, incluso al día de hoy estos 'ingenieros sociales' hablan mucho de que tenemos que hacer ciencia aplicada y ésta es un monstruo que nadie entendería sin unos cimientos profundos, que sería la ciencia básica”, indicó.
Durante su conferencia, el científico entregó ejemplos de lo que ha significado este desarrollo en algunos países. Uno de ellos fue el caso emblemático de Singapur, un país con cinco millones de habitantes, que se dio cuenta hace muchos años atrás de que sin buenos equipos de investigación en su país, nunca iba a poder progresar en comparación a otros países de Asia como Corea o Japón y China, en la actualidad. “Lo que hicieron en una primera etapa, explicó Burzio- fue invertir US$50 mil millones –un poquito menos que el PIB chileno- y se dedicaron a construir nexos con países desarrollados para formar grandes centros de investigación en Singapur. En la segunda etapa empezaron a ‘conquistar’ profesores principalmente de Europa, Estados Unidos, Canadá y Japón para que se instalaran en Singapur, con todas las facilidades para que desarrollaran investigación. Este es un país que ahora está despertando de una manera extraordinaria y eso es algo sobre lo que en Chile aún no tenemos convencimiento”, señaló.
Pero Burzio habla desde la práctica -y de su experiencia- sobre cómo un desarrollo absolutamente básico puede llegar a convertirse en una aplicación importante para la salud, lo que en su caso lo ha llevado a combatir el cáncer sin habérselo propuesto en un principio. El proyecto que lo hizo merecedor de reconocimientos internacionales es sobre unas moléculas que encontró junto a un grupo de estudiantes , y que se presentan como blanco para el diagnóstico y la terapia de esta enfermedad.
A partir de la espermatogénesis, el equipo ha trabajado en moléculas 'extrañas y difíciles', que se presentan como blanco para diagnóstico y terapia de esta enfermedad. “Al poco andar pudimos diferenciar fácilmente una célula normal de una tumoral. Fácil porque no se requiere tecnología sofisticada y porque el comportamiento de esta molécula es universal. Independiente de la evolución del tumor, reciente o avanzado. Los cambios que ocurren son idénticos”, explicó el investigador. Gracias a este trabajo el Instituto Pasteur lo hizo merecedor, en 2004, del máximo galardón que otorga dicha institución.
Para el decano de la facultad de Farmacia, Dr. Carlos Calvo, la visita de este connotado ex alumno es motivo de orgullo para la institución por dos motivos: "primero porque con este acto damos inicio a los tres programas de posgrado que tenemos en Farmacia y el otro motivo, es que se trata de un ex alumno de esta Facultad, egresado de la primera generación de Bioquímicos que estudió en esta casa de estudios, y que es sin lugar a dudas una personalidad en la ciencia chilena", indicó el Decano.