Estudios recientes sobre las respuestas que las personas tienen frente a eventos traumáticos presentaron, ayer, los académicos de la UdeC, Felipe Garcia, y de la Universidad de Ciencias Aplicadas, de Perú, Rafael Gargurevich, en la mesa redonda Desastres y resiliencia, organizada por el Departamento de Psicología y el Doctorado en la especialidad de nuestra casa de estudios.
Al abrir su presentación, el profesor Felpe García recordó que vivimos en un país que constantemente está expuesto a la ocurrencia de desastres naturales y que frente a ellos las personas reaccionan de distinta manera.
“Unos pueden tener reacciones con respuestas psicopatológicas, con enfermedad y con sufrimiento frente a situaciones potencialmente traumáticas, pero hay otras personas a las que no les pasa absolutamente nada, que están más cercanas al concepto de resiliencia, y personas que sí sufren, pero que a partir del sufrimiento logran extraer algún tipo de aprendizaje para la vida”, dijo.
La última respuesta, señaló, es lo que se conoce como el crecimiento postraumático que –explicó- es un elemento importante de la sicología positiva, tema en el que basó su investigación doctoral y cuyos resultados adelantó en la mesa redonda.
De acuerdo a su investigación, existe una serie de elementos que permiten a las personas lograr sobreponerse a las situaciones de desastre. Entre ellos mencionó la importancia de las creencias, el afrontamiento centrado en el problema (tener la capacidad de buscar soluciones a los problemas derivados del evento traumático), el afrontamiento cognitivo y “la rumiación intrusiva”; es decir, la búsqueda de información relevante para entender la situación vivida.
Por su parte, Rafael Gargurevich presentó algunos resultados de estudios realizados en una muestra de personas damnificadas, como resultado de un incendio en el sector de Lomo de Corvina, en Lima, donde más de 300 familias perdieron sus casas.
El académico mostró un modelo piloto que se aplicó en este caso, para evaluar –en el momento y un año después- la respuesta de las personas ante el momento adverso que les tocó vivir, considerando variables relativas a la personalidad de los afectados y su percepción sobre el soporte social (el apoyo recibido) y sus capacidades de afrontamiento.