Con un emotivo Himno de la Universidad, que fue coreado por todos los asistentes, culminó la misa en memoria del Profesor Emérito Jaime Baeza Hernández, que se realizó este medio día en la Parroquia Universitaria.
La elección de esa canción para despedir a quien fuera un destacado investigador, gestor y directivo de nuestra casa de estudios no fue antojadiza. Para Jaime Baeza uno de sus grandes amores fue la Universidad de Concepción, a la que llegó a mediados de la década de los '60 a estudiar Química y Farmacia, luego de lo cual -en 1972- ingresó como docente al departamento de Química Orgánica.
A partir de ese momento, su trabajo en la docencia e investigación fue paralelo a su labor en la gestión universitaria, dejando en evidencia su capacidad de liderazgo a la cabeza de distintas reparticiones, y su interés por potenciar el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación no sólo en nuestra casa de estudios, sino que incluso a nivel nacional.
Reconocido con el honor de Profesor Emérito en septiembre de 2011, su energía estaba últimamente enfocada a uno de los proyectos institucionales más exigentes e innovativos que enfrenta la UdeC: la creación del Parque Científico y Tecnológico, de cuyo programa era director.
Pero, más allá de su calidad y compromiso universitario, Jaime Baeza era un hombre de una personalidad especial, carismático y extrovertido, cuya presencia no le resultaba indiferente a nadie.
Como señalara en su semblanza quien fuera su alumno y amigo, el director del Centro de Biotecnología Jaime Rodríguez, era un hombre cercano, capaz de resolver con dedicación e imaginación los problemas de los demás, amigo de sus amigos, preocupado desde joven de las injusticias sociales y católico ejemplar. “Estamos aquí para recordarte con alegría. Para nunca olvidarte, amigo”, dijo.
Homenaje
La misa, que estuvo encabezada por el rector Sergio Lavanchy, acompañado por los vicerrectores Ernesto Figueroa, Alberto Larrain y Bernabé Rivas, convocó a un conjunto multidisciplinario de investigadores, profesionales y administrativos de la Universidad.
En su homilía, el sacerdote Julio Straier SJ, destacó la humanidad y sentido de justicia social de Jaime Baeza, a la par de su calidad de académico e investigador universitario.
“Como persona, como esposo, padre, abuelo y amigo, como ser humano, manifestaba la palabra de Dios en sus gestos y actitudes. Eso es ser cristiano, trabajar por la nueva humanidad por la cual Jesús dio su vida”, dijo.
Jaime Baeza murió sorpresivamente en la madrugada del 4 de febrero de este año. Al cumplirse dos meses de su muerte, el próximo miércoles se realizará un homenaje en el edificio EmpreUdec.