Ciencia con sentido social. Así puede definirse el trabajo del Centro de Rehabilitación Oral Avanzada en  Implantología (Crai) de la Universidad de Concepción. Con 10 años de trayectoria, este Centro se ha abocado al desarrollo de una serie de técnicas, materiales y protocolos que han permitido reducir los costos y tiempos de recuperación de pacientes complejos, vía implantes, ampliando el acceso de la población a este tipo de tratamientos.
Ahora -y con la experiencia acumulada en  la Unidad de Rehabilitación Craneomaxilofacial- el Centro puso en marcha la Fundación de Ayuda a la Rehabilitación BucoFacial de la UdeC, que busca ofrecer una solución integral a pacientes que presentan defectos buco-faciales  de origen traumático (accidentes), oncológico y congénito.
“Son pacientes realmente críticos, que en Chile sólo pueden optar a un solo tipo de tratamiento, cuyos costos superan los 6 millones de pesos”, cuenta el director del Crai, Jorge Jofré, quien preside la Fundación, que cuenta con personalidad jurídica desde diciembre del año pasado.
El académico de la facultad de Odontología UdeC –quien en su formación doctoral en Alemania recibió entrenamiento en el tratamiento de defectos faciales con somatoprótesis ancladas con implantes-  explicó que el objetivo de la Fundación es canalizar recursos para el tratamiento y rehabilitación de estos pacientes y financiar tratamientos a personas de escasos recursos en el área de implantología facial.
“La cara es la única parte de nuestro cuerpo que no se puede ocultar. Transmite emociones y los sentimientos más profundos. A menudo nos juzgamos sobre la base de la apariencia facial. Todos los días estamos expuestos a sufrir lesiones y enfermedades que desfiguran el rostro de manera permanent, o, en el peor de los casos, a convivir desde muy pequeños con enfermedades congénitas que repercuten en la estética facial, causando importantes secuelas sicológicas, sociales y emocionales”, explica el doctor Jofré.
La ausencia congénita o pérdida de una estructura facial de gran tamaño, por enfermedad o trauma, puede ser tratada solamente con el uso de una prótesis facial o,  en casos extremos, con un transplante facial, una opción que aún se encuentra en fase experimental.
Una institución de liderazgo
“A pesar de la gravedad de estos problemas, sigue siendo un área de muy poco desarrollo e investigación, dejando a miles afectados con pocas esperanzas para el futuro”, explica el académico. Por otro lado -agrega- no se sabe lo suficiente acerca del impacto sicológico y emocional de este tipo de lesiones.
Por eso, la Fundación de Ayuda a la Rehabilitación Buco-facial, que es la única en Chile  dedicada exclusivamente al tratamiento de las lesiones de la cara,  está llamada a cumplir un importante rol: “esta fundación tomará el liderazgo en educación e investigación, para mejorar el tratamiento físico y sicológico de las víctimas de cáncer oral y otras enfermedades de la cara”, afirma.
Así, la fundación aprovechará las capacidades existentes en la Unidad de Rehabilitación Craneomaxilo facial, cuyos profesionales han recibido entrenamiento técnico de parte de la Unidad de Rehabilitación Protésica Craneofacial, Maxilofacial y Oseointegración de la Universidad de Alberta (Canadá).
Además de otorgar solución a los defectos faciales, con el uso de las mejores alternativas de tratamientos disponibles en la actualidad, el organismo realizará investigación avanzada, de impacto social, tendiente a proporcionar evidencia científica de nuevos protocolos o materiales, tendientes a disminuir los costos de los procedimientos y aumentar la cobertura de los tratamientos. Asimismo, espera participar en el entrenamiento de profesionales de diversas regiones del globo, contribuyendo así a multiplicar el impacto social de esta iniciativa.
Nuevo implante
Paralelamente a la puesta en marcha de la Fundación, el Crai ha estado impulsando un proyecto destinado a desarrollar implantes extraorales simplificados, iniciativa que ha convocado el apoyo de especialistas en el área de las universidades de California e  Illinois, en Estados Unidos; de Hiroshima (Japón) y de Gotemburgo (Suecia).
La idea de este proyecto es crear una alternativa al único diseño de implante extraoral que existe en la actualidad para anclar prótesis faciales al hueso y que ha sido utilizado por décadas a nivel mundial. Por sus altos costos y complejidad, sólo puede ser asumido por pacientes del primer mundo. En Chile, menos del 1% de los tratamientos son realizados con esta técnica.
Lo que se busca es reducir en un 80% los componentes del sistema actual, simplificar y disminuir el número de procedimientos; aminorar el trauma quirúrgico y eliminar la convalecencia, reducir los tiempos de tratamiento de 4 meses a 15 días; lograr el entrenamiento de los usuarios en un tiempo mínimo (horas) y mejorar los resultados clínicos.
Sustento científico de este proyecto son las investigaciones, lideradas por el doctor Jorge Jofré, sobre análisis biomecánicos para el diseño de un  nuevo implante craneofacial y reconstrucción orbital por implantes en una etapa, que se basa en un seguimiento de casos por 9 años.