Reflejando de manera contundente el espíritu de la Universidad de Concepción, donde arte y ciencia confluyen en la formación de profesionales integrales, este mediodía se inauguró la escultura Atomo Demócrito, en el nuevo hall de la Facultad de Ciencias Químicas.
La obra -del artista plástico y académico del departamento de Artes Visuales, Rodrigo Piracés- más allá de erguirse como hito artístico singular, propicia una lectura en contexto, respondiendo a las necesidades de significación simbólica de la facultad en la que se emplaza y en su área del conocimiento, incorporando además elementos del espacio arquitectónico con referencias a una instalación urbana.
En la inauguración de la escultura cinética, el decano de Ciencias Químicas, Adelio Matamala, manifestó su alegría de “poder contribuir a enriquecer el patrimonio de la Universidad a través de una escultura dedicada a Demócrito de Abdera, el primer atomista de la historia”.
Matamala señaló que “el átomo, para los químicos, es fundamental, sobre todo en la enseñanza que hacemos de la especialidad”. Al mismo tiempo, agregó, “en este magnífico edificio con que contamos, queremos contribuir a lo que hemos llamado el circuito cultural UdeC, donde la comunidad, en general, y en particular nuestros estudiantes, puedan contemplar obras que denoten la cultura y la interacción de las artes, las ciencias y las humanidades”.
La ceremonia de inauguración fue encabezada por el rector Sergio Lavanchy, el Vicerrector de Asuntos Económicos y Administrativos, Alberto Larrain, y autoridades de la Facultad de Ciencias Químicas, así como académicos de esa facultad y del departamento de Artes Visuales.
En la ocasión, el Rector destacó lo simbólica que resulta esta obra para la Facultad, relevando el logro artístico de su autor.
“Estoy muy contento, porque en esta Universidad, donde están todas las disciplinas científicas, tecnológicas, artísticas y humanistas, esta obra representa una amalgama muy interesante, muy virtuosa y que deberíamos seguir promoviendo en la Universidad. Ciencia y arte se complementan y esta es una demostración y un aporte a nuestro patrimonio cultural”, señaló.
Activada por el espectador
Tres fueron los propósitos que movieron al decano Adelio Matamala a encargar la realización de una escultura para su Facultad: el primero –dijo- fue “engalanar el hall de acceso”. Los otros dos se refieren al deseo de rendir un homenaje a Demócrito de Abdera y, asimismo, aportar al patrimonio cultural de la UdeC.
Para ello, si bien se trata de una obra de autor, se le entregaron a éste cuatro pies forzados, que debían estar presentes en la escultura: que apareciera explícitamente la figura de Demócrito de Abdera –lo que puede verse al alinear todos los anillos-, que estuvieran los símbolos representativos de la Teoría Atómica de Dalton, imágenes contemporáneas del átomo y, finalmente, la frase “… calcular bien, hablar bien y actuar como es debido…” en directa alusión al pensamiento de Demócrito de Abdera y que -a juicio del decano Matamala- representa también el sentido esencial de la educación de calidad.
El factor cinético de la escultura de Piracés es recurrente en su trabajo, donde además se encuentran muchos elementos lúdicos que le permiten al espectador participar en la concreción de la obra, al poder interactuar con ella, moverla y permitir así su activación.
La idea fundamental del átomo y de las preguntas sobre la materia, son entonces la idea principal que da pie a esta escultura. “Esta obra juega, básicamente, con la concepción de la materia como cuerpo-cosa y cómo esta concepción es disuelta en este trabajo para incorporarse a la arquitectura del edificio. La escultura completa no es un cuerpo unitario, es una congregación de energía condensada en distintos cuerpos y distintas piezas que constituyen un todo independiente y modular”, explicó Piracés.
Construida en base a anillos con alma de madera estructurada por fibra de vidrio y resina epóxica, está montada sobre bujes metálicos y rodamientos, donde cada eje se mueve independientemente.
“Sin bien uno de los pies forzados tiene relación con el movimiento de los átomos, básicamente lo que yo trabajo aquí tiene que ver con la idea de la desmaterialización de la escultura, en el sentido de que incorpore el espacio y el vacío como una parte de ella misma. También es una escultura que se activa y aparece cuando la gente la mueve. La idea es que los estudiantes la articulen y al articularla se activa”, dijo.
A este cuerpo principal se suman 250 platos, colgados en grupos de 10 y distribuidos en los tres pisos del edificio. “Este –la pieza principal- es el núcleo que activa todo el resto, el que está en permanente movimiento debido a la construcción del edificio que genera una corriente de aire constante”, explicó Piracés.