Las infinitas posibilidades que, como medio expresivo, ofrece la acuarela, permite establecer con libertad la unidad entre lo objetivo y lo subjetivo; es decir, entre la naturaleza y la interioridad del creador y el espectador reunidos en la obra.

Con esa convicción, a las 19 horas de hoy la artista y académica del departamento de Artes Plásticas, Luz María Sánchez, inaugura en la sala 5 de la Casa del Arte la exposición Atmósferas interiores, compuesta por 32 acuarelas donde predomina una suerte de paisaje íntimo, libre de figuras, en armonía con los sentimientos.

Las obras fueron realizadas entre 2010 y 2011 gracias a un proyecto de Creación Artística de la vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la UdeC.

La artista explica que el título de su exposición representa una metáfora. “Con el paisaje uno se identifica y, al mismo tiempo, lo transforma relacionándolo con lo que vive interiormente, espiritualmente. El espectador sueña a partir de sus propias vivencias, pero tanto creador como espectador se reúnen en la obra y a través del paisaje pueden experimentar distintos estados anímicos”, dice.

Mucho trabajo con tonos violetas, azul cerúleo en combinación con azul ultramar más carmines, tonos apastelados y amarillos verdosos, componen este universo silencioso y delicado de superposición de planos con una técnica muy controlada. La exposición se mantendrá durante todo marzo.

Gente de piedra

PU CHE KURA  significa Gente de piedra en mapudungun y es el nombre de una serie de esculturas en piedra, pertenecientes  a la Colección César Rossetti, que hasta el 1 de abril se exhibe en la sala 4 de la Casa del Arte. Estas obras fueron recolectadas en los últimos 20 años en las regiones del Biobío y de la Araucanía.

Sin lugar a dudas, se trata de  una de las más desconocidas expresiones culturales del pueblo mapuche, y de la que existe muy poca información, señala la curadora de la Pinacoteca universitaria, Sandra Santander.

La artista agrega que, si bien la tradición escultórica mapuche que conocemos se ha manifestado desde tiempos pretéritos principalmente en objetos y elementos rituales de carácter mítico, religioso y funerario, durante el siglo XX comienzan a aparecer otras formas de expresión escultórica, ahora realizadas en piedra y de la que no existen fechas   acerca de su origen, ni mayores  antecedentes  sobre  sus motivaciones.

A esta categoría pertenecen las 38 obras que componen esta exposición. “Cada escultura, dotada de una natural fuerza simbólica, es un misterioso universo de significados contenidos en la masa pétrea; cada obra, es a su vez, un símbolo que representa, mediante signos iconográficos, la idea de ser humano de algún rincón geográfico específico del mundo indígena”, dice.

Son esculturas figurativas  de una o varias formas humanas, cuyo tema principal parece ser la familia y las relaciones de afecto. “Parejas, grupos familiares, personajes con símbolos de mando, niños y animales, muestran simbólicamente las características más resaltantes del pueblo Mapuche: el poder, la fertilidad  y la familia”.

Anónimos coloniales

También hasta abril se exhibe la muestra Pintura colonial. Arte y religiosidad popular, compuesta por fondos de la Pinacoteca y colecciones particulares. Esta exposición, que reúne 22 Anónimos Coloniales, refleja parte de la producción artística que se realizó en América durante el dominio de España entre los siglos XVII y XVIII, la que se desarrolló al alero de órdenes religiosas, principalmente Mercedarios, Franciscanos, Dominicos y Jesuitas, quienes se instalaron en gran parte del territorio americano para enseñar y difundir la fe católica a los pueblos nativos.

Analizada desde el criterio artístico europeo, esta pintura realizada principalmente en las escuelas de Cuzco, Quito y Potosí, parece torpe y poco cuidadosa, pero logra plasmar verdaderamente el mundo indígena, su fantasía exótica, su decorativismo -a ratos excesivo- su primitiva ingenuidad y su gusto por los tonos intensos y planos.

En contrapunto, la pintura colonial realizada en Chile es considerada rígida y arcaica, ya que en esta región de América no se instalaron escuelas de pintura de las congregaciones religiosas, debido, tal vez, al convulsionado panorama que había en esta región por la pacificación de la Araucanía.

Tanto esta exposición como la de escultura mapuche cuenta con visitas guiadas, por lo que los colegios o las personas que se interesen en asistir pueden solicitar una hora en la misma Casa del Arte.