La construcción de sistemas simplificados y de fácil uso, la reducción en los requerimientos energéticos, así como la optimización en el procesamiento de datos de relevancia clínica y en el envío de información por vía electrónica son -a juicio del investigador del Instituto Wyss de la Universidad de Harvard, Paolo Bonato- los principales desafíos que plantea el desarrollo de tecnologías portables para la asistencia médica.
El experto en tecnologías de rehabilitación, con énfasis en las del tipo portable (que son dispositivos electrónicos, como los sensores, que permiten realizar monitoreo a distancia de pacientes) y robótica, dictó esta mañana la clase inaugural de la carrera de Ingeniería Civil Biomédica (ICB) de la Universidad de Concepción, oportunidad en que mostró a los estudiantes las contribuciones y proyecciones de esta área en el cuidado de la salud.
Entre los ejemplos mencionados por el experto están los sistemas de seguimiento para personas que sufren el mal de Parkinson que, con sensores de movimiento que se sitúan en distintos puntos del cuerpo de los pacientes, permiten conocer la evolución de la enfermedad –en escala de horas o de meses- y, de este modo, corregir, por ejemplo,  los tratamientos.
Bonato, quien es fundador y actual editor jefe del Journal de Neuroingeniería y Rehabilitación y director del Laboratorio de Análisis de Movimiento del Hospital de Rehabilitación Spaulding (Boston),  también expuso los avances que su grupo de trabajo está generando para perfeccionar el Philips Linelife, un sistema para el control de caídas en adultos mayores que funciona sobre la base de sensores de movimiento (acelerómetros), y que emite alarmas para que quienes están a cargo de estas personas puedan auxiliarlas.
El investigador explicó que este sistema –ampliamente usado- en general produce muchas falsas alarmas, por lo que su grupo ha propuesto complementar los dispositivos portables con tecnologías robóticas.
La idea es que un robot (similar a las aspiradoras automáticas) reciba la señal de alerta  y se traslade al lugar donde está la persona para verificar si efectivamente sufrió una caída.  Como está dotado de una cámara que trasmite las imágenes vía internet, la persona encargada de cuidar al adulto mayor puede contar con información precisa para evaluar la situación.
Consolidada como un hito relevante de las actividades de ICB, la clase inaugural -como explicó el jefe de carrera, Esteban Pino- tiene por propósito “mostrar a los estudiantes cuáles son los desarrollos del área  en todo el mundo, con énfasis en los últimos avances en tecnología”. El académico agregó que con este fin se ha invitado a destacados especialistas que han expuesto sobre diversos temas en los que interviene la especialidad. Agregó que esta instancia también busca generar una mayor integración de los alumnos nuevos que este año llegaron a 70, 10 más que los 60 cupos originales ofrecidos para proceso de admisión.
Durante la clase inaugural también hubo una presentación sobre el Club de Ingeniería Civil Biomédica (CICB), a cargo de su presidente, Gabriel Varela, quien dio a conocer las actividades de la orgánización, creada en 2011, con el fin de difundir en la comunidad la importancia y las áreas de intervención de la especialidad.
En la oportunidad, los nuevos estudiantes tuvieron la oportunidad de conocer los logros alcanzados por dos egresados de la carrera: el magíster en Ciencias de la Ingeniería mención Ingeniería Eléctrica, Sebastián López, y el alumno del doctorado, Francisco Saavedra. Sebastián expuso sobre su proyecto para el desarrollo de un equipo para controlar el bruxismo, a través de estimulación eléctrica. El sistema permite detectar los movimientos que involucrados en la compresión de los dientes y enviar una señal eléctrica para inhibir la actividad de los músculos que los provocan.
Por su parte, Francisco presentó su investigación en torno al desarrollo de un dispositivo que apunta a corregir la marcha de las personas con pie caído (también vía estimulación eléctrica) que inició en el pregrado. La iniciativa fue  favorecida con fondos de Innova para apoyo a la realización de tesis y del concurso de Valorización de la Investigación Universitaria (VIU).