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Coordinador de WaterlatGobacit: “Estamos enfrentados a fuerzas muy poderosas, que transcienden lo que la academia puede hacer”.

Son tiempos complejos para el ambiente y, por ende, para el agua; pero el sociólogo argentino José Esteban Castro, coordinador de WaterlatGobacit, dice que en los diez años de existencia de esta red internacional dedicada al estudio de los recursos hídricos -que esta semana está celebrando su reunión anual en la UdeC- la realidad ha sido igualmente crítica.

“De una u otra forma, el tema del agua, que es lo que tratamos, vive crisis recurrentes; pero se han ido agravando, por un lado, por el cambio climático y, por otro, por los cambios políticos y la llegada al poder de actores de extrema derecha que niegan la responsabilidad humana en el calentamiento global en países como Estados Unidos, varios en Europa y en Brasil, para hablar de nuestro vecindario”, señala el investigador principal del Consejo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Argentina (Conicet).

WaterlatGobacit es una red de investigación y docencia interdisciplinaria sobre los recursos hídricos, orientada a las ciencias sociales, con base en la ecología política; fue fundada en 2009 a partir de un proyecto liderado por Castro y aborda una serie de dimensiones relacionadas con el agua: cultura, ecología, economía, salud, gestión y operación, políticas, entre otras.

La red se define, además, como un espacio transdisciplinario, “en el sentido que también incorpora el conocimiento que se produce en el mundo no académico, en las comunidades en lucha por sus derechos y sus territorios, los sindicatos y también gente que trabaja en el estado y que está tratando de hacer cosas en organismos reguladoras, de gestión de cuencas”.

Pero lo que, a juicio del profesor emérito en Sociología de la Universidad de New Castle (Reino Unido), distingue a la red es su perfil.

“En 2009 tomamos una decisión sobre cuál debía ser su enfoque y lo hemos mantenido hasta hoy: un compromiso con la lucha contra las injusticias y las desigualdades y con los procesos de democratización sustantiva, no meramente formales. Entendemos la democracia sustantiva como una democracia de derechos e inclusiva y creo que en eso la red tiene un perfil que se percibe como muy crítico y comprometido con las luchas de las personas más vulnerables”, acota.

Sobre el papel que Waterlat ha desempeñado en los conflictos hídricos en sus diez años, Castro reconoce que los impactos están dados más a nivel de sus miembros. “(Ellos) junto a abogados y comunidades han logrado frenar proyectos de alto impacto, como alguna minera en Colombia. Pero, en otros casos, uno siente que pasan muchas cosas y que uno es muy débil como para confrontar la realidad”.

“Tenemos tantos estudios, como por ejemplo los que demuestran lo que causa una minera que no está regulada y luego pasa lo que pasó en Brasil (la contaminación del Río Doce en Minas Gerais, con tóxicos) donde, con pocos años de diferencia, arrasaron pueblos enteros, mataron personas y destruyeron la vida en una cuenca entera y eso vuelve a ocurrir”, señala.

Con cierto pesimismo dice que a pesar de hacer un trabajo concienzudo y científicamente honesto “vemos que estamos enfrentados a fuerzas muy poderosas, que transcienden lo que la academia pueda hacer”.

Dentro de ese trabajo, agrega, es importante tratar de influir en los gobiernos, las instituciones y organismos internacionales. “Creo que hemos logrado hacer eso, pero de pronto vienen gobiernos que no escuchan nada, como el de Brasil o de Estados Unidos, que cierran relaciones a Naciones Unidas, o como Guatemala que expulsó a los observadores de la ONU de su territorio, a pesar de las violaciones a los derechos humanos, muchos de los cuales tienen que ver con grandes obras de infraestructura hídrica, que desplazan a las poblaciones indígenas”.

Ahora mismo, cuenta, están apoyando en Guatemala una lucha importante para detener una gran obra en el Lago de Atitlán. “Están trabajando mucho y se están enfrentando a fuerzas poderosísimas (…) la buena noticia es que, como hemos visto, a veces se gana”.