Heredera de una de las cuatro carreras fundacionales de la Universidad –la de Química Industrial, más tarde Ingeniería Química- la Facultad de Ingeniería fue soporte fundamental del diseño productivo del Bío Bío del Siglo XX.

Hoy, en sus cien años, se encuentra participando en un ambicioso proyecto que, bajo el nombre Consorcio 2030 “Ampliando las fronteras del conocimiento”, respaldado por Corfo, y con sus pares de las universidades de Santiago (Usach) y Pontificia Católica de Valparaíso (PUCv), busca elevar la calidad de la formación de los ingenieros para que, con sus capacidades, contribuyan al desarrollo sustentable del país.

“Es importante revisitar el aporte de Ingeniería Química al desarrollo productivo de la Región. Los procesos productivos en torno al plástico, la industria siderúrgica, de los petroquímicos estuvieron fuertemente influenciados por el aporte de los ingenieros de nuestra universidad y no solo acotado a la Región”, sostuvo el Rector Carlos Saavedra en la reunión del Consejo Directivo del Consorcio, en la que junto al rector de la PUCv, Claudio Elortégui, y el prorrector de la Usach, Jorge Torres, conocieron los avances y proyecciones estratégicas de la iniciativa.

Ahora, dijo, se están revisando las nuevas dinámicas y tendencias en los procesos formativos, la interacción e integración entre distintos campos de la ingeniería, la incorporación de nuevas tecnologías y su impacto en los procesos productivos.

“El desafío de Ingeniería 2030 es el cambio en la formación profesional de nuestros estudiantes”, afirmó, señalando que eso significa preparar a las nuevas generaciones en los requerimientos del futuro con la “incorporación de la innovación y el desarrollo para que se desenvuelvan y sean parte del cambio de mirada formativa que tenemos”.

En la oportunidad, el Decano de Ingeniería UdeC, Luis Morán, destacó que esta reunión permite a los rectores de las universidades interiorizarse de los avances del proyecto que, si bien está radicado en las facultades, tiene un carácter institucional. “El hecho que estén los rectores (en este encuentro) es un respaldo al desarrollo proyecto y al compromiso de los académicos”, dijo.

Corfo aprobó en 2018 una segunda etapa de tres años para este proyecto que partió en 2014 y que, de acuerdo al Decano, espera llegar a marzo de 2021 con facultades distintas, cambios en la oferta académica y más calidad.

El Dr. Morán explicó que en la evaluación de las brechas que existen en relación a los mejores centros de ingeniería del mundo se estableció que un aspecto importante para el éxito del proyecto es “potenciar las líneas de investigación que tenemos, para que sean un aporte al desarrollo del país”.

Por su parte, el Rector Carlos Elórtegui destacó el ejercicio de conocer experiencias de universidades de renombre ha sido “una contribución al mejoramiento de la calidad de las facultades de ingeniería”.

Asimismo, reconoció que el respaldo de Corfo ha dado un impulso adicional a la labor de las unidades académicas “en la formación de ingenieros, la creación de conocimiento más vinculado a la realidad de las empresas productivas y con un mayor énfasis en la innovación en ingeniería. La evaluación hasta ahora es muy positiva”.

Del lado de Corfo, la gerente (s) de Capacidades Tecnológicas y sugerente de Transferencia Tecnológica, Marcia Varela, enfatizó en uno logro crucial para el éxito del proyecto, el cambio de cultura que, dijo, se ha instalado en alumnos, estudiantes, académicos e investigadores.