Casi dos mil kilómetros viajaron 18 alumnos de la Escuela Luis Bravo Bravo de Caleta Tortel –la única de esta localidad de la Región de Aysén– para visitar Concepción durante una semana en el marco del proyecto Embajadores Marinos, impulsado por el área de Difusión Científica del Centro Copas Sur Austral de la UdeC.

La delegación desarrolló un amplio plan de trabajo, que incluyó visitas a laboratorios del Centro Copas, museos locales, recorridos por la costa (Dichato y Coliumo), así como actividades científicas y sociales con un grupo de alumnos del Colegio Bicentenario República de Brasil, contrapartes en el intercambio.

Esta es la segunda vez que Copas Sur Austral reúne a estudiantes de los dos establecimientos con el fin de que compartan sus vivencias a través de actividades recreativas, científicas y culturales.

Paul Gómez-Canchong, coordinador de Divulgación del Centro, recordó que este proyecto, que nació hace un año y medio, busca poner en contacto dos realidades y formas de vida diferentes. “Caleta Tortel tiene apenas 600 habitantes y acá solo en el Colegio República de Brasil hay 2 mil 600 alumnos, y en la Universidad hay 25 mil estudiantes. Allá los niños están muy conectados con su realidad, tienen muy incorporado el conocimiento local, pero en Concepción no es así”, señaló.

Desde el punto científico, el programa permite que los alumnos puedan explorar y comparar los espacios en que están insertos. “Cuando (los alumnos de Tortel) visitan Dichato ven un ecosistema que es muy distinto al que tienen en Patagonia. Ellos no están en el mar sino en un fiordo, donde hay agua dulce y marina en un mismo sector”, señala.

Miguel Guzmán cursa el sexto básico en Caleta Tortel y reconoce haber vivido una experiencia “hermosa” en Concepción, ciudad en la que –a su juicio– “hay más cosas y más entretenidas para hacer”.

Parte del grupo anfitrión en el Colegio Brasil, Aranza Dibarrat (octavo básico) comentó que el encuentro fue muy positivo. “No creo que sean ellos diferentes, tienen cosas diferentes y hacen cosas diferentes donde viven. Nosotros les vamos mostrando lo que hay fuera de su caleta”.

El profesor de la Escuela Luis Bravo, Alex Sánchez –quien vino el año pasado con el primer grupo de embajadores de Tortel– asegura que esta es una “experiencia potente” para sus alumnos.

“Muchos de los niños salieron por primera vez de su región; volaron en avión, anduvieron en bus de dos pisos. Algunos pensaban que Coihayque, que no tiene más de 80 mil habitantes, era grande, y llegan a Concepción que tiene otra magnitud de población. Todo es un cambio grande en un par de horas”.

A juicio del docente, esta vivencia pone en acción los valores y habilidades que se trabajan en el aula, como la responsabilidad, la solidaridad y el trabajo en equipo. “(Este viaje) les permite empoderarse al conocer otros lugares, les amplía la mente, los hace apreciar más su lugar y valorar más la ciencia. Es parte de necesaria formación integral que queremos darles”, dijo.

Para la encargada de los laboratorios de Biología y Física del Colegio Brasil, Leslie Abarzúa, quien ha acompañado a alumnos locales en las actividades preparadas para los visitantes de Tortel, lo que hace el proyecto Embajadores Marinos “es crear un aula abierta, con una forma distinta de aprender”.

Como bióloga marina formada en la UdeC, Leslie ha visitado Caleta Tortel en varias oportunidades, de manera que ha podido transmitir su conocimiento del lugar a los alumnos penquistas que se preparaban expectantes para iniciar su viaje a Tortel, luego de despedir a sus visitas, que retornaron al sur el viernes 31 de agosto.