Reconocer y distinguir a los ciudadanos que poseen árboles o patios que contribuyen a la conservación de la biodiversidad es el objetivo del concurso “Un gigante en mi jardín”, organizado por la Facultad de Ciencias Forestales. En ésta, su cuarta versión, se distinguió a los diez mejores, entre ellos, a los dos ganadores de las categorías “Mi gigante nativo” y “Mi jardín biodiverso”.

Jorge Cancino, Decano de Ciencias Forestales, sostuvo que la iniciativa “es una de las distintas formas que tenemos para contactarnos con la comunidad y no solo con el medio productivo. En esta oportunidad hemos agregado una división para que los vecinos del sector aprendan sobre la importancia de la biodiversidad, sobre todo, de especies nativas. Es una base para cumplir con el objetivo de embellecer la zona y enseñar a preservar la vida”.

Organizado por la misma Facultad de Ciencias Forestales, junto al Club de Jardines Concepción, el Herbario del Departamento de Botánica y el Programa “Quiero mi Barrio” del sector de Lo Méndez, para determinar a los finalistas, se efectuó una visita a todos los seleccionados. Patricia Sáez, académica de la Facultad de Ciencias Forestales y encargada de Vinculación con el Medio, expresó que “a pesar de contar con un jurado especializado, costó mucho nombrar a los elegidos y, todavía más difícil, elegir a los triunfadores. En todos los casos había una historia muy valiosa y un trabajo enorme”.

El concurso premió a aquel árbol nativo que fuera un “gigante” no por su tamaño, sino por la edad, la belleza escénica, entre otras consideraciones. Además, en la otra categoría, se galardonó al espacio que tuviera el mayor número de especies, una estructura variada y la presencia de plantas que captaran polinizadores. “Aparte de todos estos requisitos, analizamos la ubicación del patio. Hay casos de personas que, por ejemplo, viven en terrenos sencillamente áridos y donde, de todas formas, generaron una especie de ‘oasis’ en dichas condiciones", agregó la docente.

Los coordinadores subrayaron que este concurso nace con la iniciativa de vincularse con la comunidad penquista y en un esfuerzo por traspasar a la sociedad conceptos como paisaje y biodiversidad.