Una nueva tecnología para tratar aguas contaminadas por arsénico desarrolló un equipo de investigadores de Ciencias Químicas a través de un proyecto Fondef IDeA de tres años.

El equipo, liderado por el Dr. Bruno Urbano, dio a conocer los principales resultados de la investigación en un seminario denominado "Arsénico: toxicidad y tecnologías para su remoción", que fue abierto por el Vicerrector Bernabé Rivas.

Este proyecto involucró un trabajo conjunto entre investigadores de la UdeC y de la empresa Simtech, “en un tema tan relevante como lo es la remoción de arsénico desde agua. Sabemos que arsénico es un metaloide que debe ser uno de los más tóxicos y que genera problemas a la salud humana”, como señaló el Dr. Rivas.

La autoridad universitaria puso en contexto la relevancia de este trabajo mencionando los casos de contaminación en niños de Coronel informados recientemente y se refirió a los inconvenientes que entraña este compuesto “que forma parte de la corteza terrestre; por lo tanto, va a estar siempre presente en muchas actividades”. Lo importante es controlar que sus concentraciones no sobrepasen los niveles aceptables que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido en 20 partes por billón, agregó. “(Es un rango) bajísimo y las normas chilenas también lo exigen”, acotó.

Asimismo, indicó que en el proyecto se estudiaron “aguas reales provenientes de la zona norte, de los relaves de la minería, que tienen algún tipo de contaminación por arsénico y se ensayaron algunos materiales híbridos nanocompuestos, basados en polímeros, para remover arsénico en forma selectiva frente a otros contaminantes”.

El Dr. Urbano explicó que las experimentaciones con el material “tuvieron muy buenos resultados”, los que fueron presentados recientemente en Fondef. “Nos motivaron bastante en las siguientes etapas que es de escalamiento del producto (…) es un desafío súper grande, porque incluiría aspectos ingenieriles y de proceso”, dijo.

De acuerdo al director del proyecto, la idea base para elaborar el producto, fue combinar dos tipos de materiales -uno orgánico (un polímero) y uno inorgánico (un óxido de circonio)- “que tienen mecanismos diferentes de interacción sobre el arsénico y con eso lográbamos una mayor selectividad y una alta eficiencia de remoción y eso era como dos materiales en uno”.

El compuesto se usa en la potabilización de aguas, como en pozos subterráneos “que contiene arsénico 3 y arsénico 5, para removerlos de forma directa, sin necesidad de pasos previos de pre oxidación que se usan actualmente (…)”. También podría usarse, a futuro, en residuos líquidos industriales con alto contenido de arsénico, comentó el investigador, a la vez que admitió que se trata de un desafío mayor “ya que las matrices son diferentes y más difíciles de tratar”.

Para el investigador, el problema de este contaminante demanda de esfuerzos colectivos en los que, además del cumplimiento de las fiscalizaciones por parte de los organismos responsables, “las industrias inviertan en mejores procesos, para que haya menos emisiones, y la academia desarrolle nuevas investigaciones y nuevas tecnologías con las empresas para remover el arsénico de manera más eficiente”.

En la oportunidad, el Dr. en Toxicología, Claudio Müller, informó a la audiencia sobre los efectos de arsénico en al salud humana, mientras que el académico Héctor Mansilla expuso sobre sistemas de remoción por procesos solares oxidativos. En tanto, Patricio Valenzuela, de Simtech, hizo una presentación sobre tecnologías actuales de remoción de arsénico.