Piedras de río, sonido de cantos rodados movidos por el agua, la sutileza del movimiento... esas son algunos de los elementos que componen sendas exposiciones inauguradas ayer en la Casa del Arte UdeC y que acompañarán todo el desarrollo de la Escuela de Verano 2015.
Las artistas Teresa Gazitúa y Patricia Claro exhiben en la Sala 3 y Sala 5 de la Casa del Arte las exposiciones Piedras, mar, río y tiempo, y Formas de agua, respectivamente, en el marco de la programación estival de la Universidad de Concepción que este año lleva por nombre Aguas desbordadas: Responsabilidad y futuro.
Ambas artistas participaron esta mañana, además, en la mesa redonda Tres visiones sobre el agua en el arte, en la que además expuso el director del Departamento de Artes Plásticas, Jorge Pasmiño.
Cantos rodados
Su estancia por 12 años en la comuna de Pirque llevó a la grabadora Teresa Gazitúa a enfrentarse al río, a sus piedras redondeadas, al sonido del caudal.
Al principio coleccionó las piedras sin saber bien para qué hasta que se le fueron presentando como parte de un discurso que la mantiene conectada con la naturaleza, sin acercarse al paisajismo como lenguaje.
De tal modo, en su exposición Piedras, mar, río y tiempo el espectador se enfrenta al tránsito y evolución de los cantos rodados entre el Río Maipo (marcado en el montaje por un video en el que el rumor metálico de las piedras bajo el agua traslada a ese escenario) y la desembocadura en Santo Domingo, de igual manera representada por un video.
En el circuito curvilíneo trazado por la artista, se ve cómo las piedras disminuyen en dimensiones conforme se acercan al mar, tal como pasa en el sector.
La exposición la complementa la serie Bajé 14 veces a las aguas del mismo río Maipo, donde muestra las variaciones de caudal, lo que da la idea del paso del tiempo, mediante fotografías de texturas como un políptico.
Plantilla de luces y sombras
Por su parte, la artista Patricia Claro manifestó que su encuentro con el Río Bueno, protagonista de su obra, fue intuitivo, al enfrentarse con un escenario donde la trasparencia de los colores puros “contiene todo lo que necesito para trabajar como artista. Algo que no lo encuentro en el mar”.
Uno de los aspectos destacados de su muestra es el montaje de una serie de esténciles o plantillas que, por su delicadeza, recuerdan los paisajes chinos, y donde una suerte de fragilidad permite representar lo efímero de los dibujos del agua. La luz, la sombra y los espacios de las plantillas recrean una sutileza acuática que contrasta con la intensidad de sus otras obras.
“En mi trabajo ha ido apareciendo esta estética de manera natural. Yo trabajo con muchas capas, anulando la textura de la tela en base a trasparencias y haciendo aparecer la imagen que hay bajo el agua. Luego hago una especie de stencil donde pinto el reflejo y ese stencil –que ha sido parte del proceso- lo transformo como obra en esta instalación de papeles recortados”, explicó.
Proyecto de investigación
En la mesa redonda de esta mañana intervino además el artista Jorge Pasmiño, quien se refirió a un trabajo de investigación que está en proceso y que es financiado con fondos de la vicerrectoría de Investigación y Desarrollo.
Tiempo de vacaciones. Imágenes y prácticas sociales, es el nombre de esta iniciativa en la que Pasmiño utiliza fotografías y videos familiares de principios de siglo capturados en la playa de Dichato, para investigar y reflexionar sobre la evolución de la relación entre el agua y el período vacacional.