Motivados por la positiva recepción que tuvo el III Congreso Internacional Ser y Nacer, realizado en julio por la Facultad de Medicina, sus organizadores se propusieron ampliar la difusión de los conocimientos difundidos durante el evento, a partir de una serie de reuniones temáticas que se iniciaron la mañana de ayer.
“Estamos realizando una réplica de los contenidos presentados en este congreso, que está dedicado al manejo y la atención del periodo primal, es decir el embarazo y el primer año de vida del niño en el contexto de un equipo multidisciplinario de profesionales que trabajan con el niño en la gestación y el primer año de vida”, explicó el académico del departamento de Obstetricia y Puericultura, José Miguel Brito, quien es parte del equipo organizador de la actividad.
La idea de estas sesiones, que se realizarán una vez al mes, es seguir difundiendo la información entre estudiantes de Medicina y de otras áreas, así como profesionales interesados en los temas, señaló, adelantando que entre los tópicos a tratar se cuentan la paternidad responsable, el cuidado del niño en el primer año de vida, prácticas de atención en el embarazo y el parto, entre otros.
En esta oportunidad, se presentaron las ponencias Detección precoz de la pérdida auditiva, a cargo de la docente de Fonoaudiología, Angela Pino, y Bases Neurobiológicas de la estimulación temprana, del docente de Fonoaudiología, Juan Luis Castillo.
La docente Angela Pino enfatizó que la importancia de detectar  las deficiencias auditivas en los recién nacidos de forma temprana -en los primeros días de vida- radica en que la audición es fundamental para el desarrollo del lenguaje.  La académica explicó que si los niños no reciben los “inputs auditivos” desde el principio, van a demorar el desarrollo del lenguaje; pero si los problemas son detectados a tiempo, pueden lograr un desempeño igual al de un niño con audición normal.
Por su parte, el profesor Castillo se refirió a los avances alcanzados en los últimos años en torno a los conocimientos de la neurociencia y cómo ellos pueden ayudar a la estimulación temprana en los niños. Para el académico, en este trabajo el concepto clave es la plasticidad cerebral, que –explicó- es la capacidad del cerebro de adecuarse y hacer conexiones neuronales. “Mientras más se estimula al bebé en la vida intrauterina y mientras más enriquecido sea su ambiente cuando nace, más conexiones neuronales va a hacer y van  a ser más perdurables”, señaló.
Para la coordinadora de Extensión de la Facultad de Medicina, Mónica Troncoso, este tipo de actividades contribuye a fortalecer la academia.  “La Facultad necesita que la extensión y comunicación  sean más fluidas y más enriquecedoras hacia la académica. No es sólo la función de dictar la clase, sino que hay otras conexiones, como ha sido el Congreso Ser y Nacer que fue tremendamente rico. “, dijo.