Un profundo cambio visual es el que se produjo en la esquina de Caupolicán y Barros Arana -en Concepción- con la rehabilitación del edificio de la Asociación del Personal Docente y Administrativo de la UdeC, también conocido como Edificio FIUC.
Esta construcción, de más de 50 años de existencia, sufrió serios daños luego del terremoto de febrero de 2010, lo que obligó a realizar distintos acciones de modo de dejarla nuevamente habitable.
Esta mañana se realizó la recepción de las obras, de manos de la empresa constructora, De la Fuente y Cía. En la ocasión, representantes de la Asociación de Personal, encabezados por su presidente, Jorge Montecinos, y el presidente del Comité de Edificios de esa entidad universitaria, Raúl Benavente, recorrieron el edificio, destacando su carácter moderno y antisísmico.
Tres fueron las etapas que se debieron abordar luego del terremoto: la Deconstrucción de los pisos noveno al décimo primero, el Reforzamiento estructural y la Rehabilitación del edificio.
Así lo explicó Jorge Montecinos, quien destacó que “para la Asociación del Personal y para la UdeC es un orgullo recibir hoy estas obras absolutamente rehabilitadas y remodeladas prácticamente 3 años después del 27F”.
El directivo señaló que “en un primer momento hubo que deconstruir los últimos tres pisos, para lo cual se contrató a una empresa especializada canadiense, en un contexto en que la ingeniería nacional estaba desafiada y en general todos los actores técnicos no tenían una respuesta adecuada en torno a algo que era completamente nuevo en Chile. Posteriormente hubo que reforzar íntegramente el edificio y efectuar la rehabilitación del mismo, lo cual incluyó seis mil metros cuadrados, a razón de mil metros cuadrados por piso, ya que se intervinieron los últimos seis”.
En ese mismo contexto, agregó Montecinos, se remodeló íntegramente la fachada. “Consideramos que es un orgullo para la ciudad y la región. Para hacer estas obras se llamó a un concurso nacional de arquitectura. En este momento, en que se recepcionan las obras, hay que reconocer el apoyo y la confianza de las autoridades universitarias especialmente el rector Sergio Lavanchy, y también del Comité de Edificios, que funciona al interior del directorio, especialmente el trabajo de su presidente, el vicedecano de Ingeniería, Raúl Benavente”, dijo Montecinos.
Por su parte, Benavente dijo que “con la recepción tenemos un edificio rehabilitado, asísmico, moderno, prácticamente nuevo otra vez, listo para recibir a las instituciones a las que vamos a arrendar los pisos del tercero al octavo”, señaló, agregando que ahora emprenderán una nueva etapa, correspondiente a un proyecto que ya se tenía antes del terremoto, y que se refiere a la remodelación de la Galería Universitaria.
Esta iniciativa, que busca darle un carácter más cultural al espacio, se suma a las características formales externas del edificio que, aseguró Benavente, convertirán al Edificio FIUC en un aporte estético para el centro de Concepción, mediante un moderno sistema de iluminación led y al doble juego de fachadas que, hacia la calle Caupolicán, exhibe celosías con movimiento que responderán a los requerimientos de la exposición al sol, mientras hacia Barros Arana se convierte en una suerte de muro-espejo que reflejará la vegetación de la Plaza de la Independencia.
Historia
Para el terremoto de 1960, el edificio FIUC se encontraba en obra gruesa. “Era un edificio muy noble, muy bien diseñado y calculado, pero no estaba construido bajo las normas sísmicas, ya que éstas se establecieron en Chile después de ese terremoto”, explicó Benavente.
Un estanque de agua de grandes dimensiones en el piso 11 y divisiones interiores de albañilería  le transfomaron en una obra de mucho peso. De hecho, el estanque fue uno de los mayores causantes del colapso que se produjo en el noveno piso.
“Otro aspecto que correspondía al modo de construir de esa esa época, y que presentaba problemas en obras de estas dimensiones, era el hormigón in situ, en betonera o a pala. No existían las grúas, por lo que los obreros subían con las carretillas al piso noveno y, al terminar la jornada, se dejaba el resto de hormigonado para el día siguiente, cuando ya el muro había fraguado. Eso se reflejó en que todas esas juntas de hormigonado aparecieron fisuras”, explicó Benavente.
Para la rehabilitación del edificio, entonces, se demolieron esos muros interiores de albañilería y se reforzó desde el punto de vista estructural, de manera que ahora es asísmico, respondiendo a la nueva norma sísmica implementada luego del terremoto.
La ingeniero constructor y administradora de obra, Doris Arriagada, explicó que el trabajo se rehabilitación incluyó reforzamiento de vigas y losas. Ello, dijo, significó un importante desafío, “pero se pudo conseguir un edificio seguro, moderno”.
Uno de los aspectos llamativos, tanto de la fachada como de los espacios comunes, es el moderno revestimiento -de fibrocemento, que simula palmetas rectangulares- y que, explican, es una tecnología japonesa que no había sido usada en Chile.