Un viaje a la Universidad de los años 50 y 60 fue la presentación, ayer, del libro David Stichkin Branover. Discursos, conferencias, mensajes, entrevistas y clases magistrales, del docente del Departamento de Ciencias Históricas y Sociales, Dr. Danny Monsálvez, publicado por el Sello Editorial de la Universidad.
Un amplio marco de público, reflejo del interés que siempre ha despertado la figura de quien dirigió la casa de estudios entre 1956 y 1962, y luego en 1968, acompañó la actividad realizada en la Casa del Arte con la participación, como comentaristas, de los historiadores Leonardo Mazzei y Arnoldo Pacheco, y el docente Mario Valdés como moderador.
“El profesor Danny Monsálvez tuvo una idea luminosa, puesto que su trabajo permite fortalecer la memoria de la Universidad, en el sentido no sólo de recordar sino también de retener, de cobijar esta memoria como parte de nuestra herencia ineludible (el pasado de la casa de estudios)”, dijo el director del Sello Editorial, Edson Faúndez.
Este texto, agregó, se suma a otros que “buscan recoger el legado de aquéllos que concibieron la Universidad como una patria libre, armónica, utópica, con sólidos principios humanistas, donde la ética está por sobre cualquier otro tipo de intereses”.
Analizando el desarrollo de la historiografía nacional, el ex docente del Departamento de Ciencias Históricas y Sociales, Leonardo Mazzei, señaló que en ella hay temas pendientes, como lo son la educación y, de manera más patente, la enseñanza superior y las universidades.  “Poco sabemos de cómo fueron desarrollándose, cuál fue la gestión de los rectores o cómo entendieron ellos la función universitaria.  En este sentido y dada la escasez de estudios, el trabajo de Danny Monsálvez constituye un meritorio y valioso aporte”, afirmó.
Mazzei ahondó en el carácter visionario del Rector Stitchkin señalando que a través de los textos compilados es posible advertir “la identificación con ciertos planteamientos imperantes en su época e incluso parece adelantarse a su tiempo”.  Como ejemplo citó su idea de que los institutos centrales debían actuar como laboratorios experimentales para la industria, en el sentido de que la universidad debía estar conectada al sistema productivo de modo de contribuir a la riqueza del país.
Por su parte, el doctor Pacheco se centró en dos de los rasgos más relevantes que se reconocen en el académico de Derecho: su orientación eminentemente humanista y su concepción del ser de la universidad.
De acuerdo al académico, el Rector Stitchkin consideraba que si la ciencia, la tecnología, el desarrollo y la cultura no estaban al servicio del colectivo y de las necesidades país, no tenían sentido.
Tanto Mazzei como Pacheco recordaron la célebre clase magistral que Stitchkin ofreció en la apertura del año académico de 1961, titulada El entierro del Conde de Orgaz, nombre que remite a la pintura de El Greco que da cuenta de la tolerancia que existía entre árabes, judíos y católicos en la Toledo de 1321, y con la que el ex Rector expresaba su idea de la convivencia universitaria a los estudiantes de primer año.
Finalmente, Danny Monsálvez contó que siempre había tenido interés en realizar un trabajo sobre David Stitchkin por lo que se comentaba de él y sus realizaciones y, sobre todo, por lo que significaba dirigir la Universidad, con “la sombra” del Rector Fundador Enrique Molina.  “No obstante, aquello, logró posicionar la Universidad a nivel nacional e internacional”, dijo, añadiendo que su primer período es considerado como “la época de oro” de la casa de estudios “por todo lo que hizo”.
También destacó su rol en la conducción de la Reforma y sus concepciones sobre la integralidad de la formación de los estudiantes y afirmó que a través de este texto no sólo es posible conocer la figura del Rector Stitchkin, sino adentrarse en la Universidad, la época y  la sociedad que le tocó vivir.