Hijo de familia chilota, nacido en Santiago. Así se define el profesor Marco León, quien presentó la reedición de su libro “Sepultura sagrada, tumba profana, los espacios de la muerte en Santiago de Chile, 1883-1932”. Este dato es relevante, explicó, porque en Chiloé existe una relación más cercana con la muerte. De ahí que la investigación sobre los cementerios y la temática de la muerte fue entrar en un terreno conocido. “En Chiloé la relación entre vivos y muertos es más fluida y menos macabra. Siempre se hablaba de penaduras y todo este universo que me llamaba la atención, pero que nunca vinculé a la academia”.

Después de leer a diversos autores franceses que escribieron sobre la historia de la muerte en el mundo occidental, descubrió que podía investigar sobre la materia. Esta obra surgió del trabajo de su tesis de Licenciatura y hasta hoy es uno de sus libros más reconocidos.

El autor explicó que una de las lecciones que sacó de hacer este libro es el haber unido un tema que le llamaba la atención con su trabajo académico, e instó a los estudiantes presentes a hacer lo mismo. “Es importante canalizar las inquietudes, obsesiones o gustos personales. Cuando uno entra a Historia a veces no tenemos claro por qué, puede ser algo mecánico, porque nos gusta, o porque no nos alcanzó el puntaje para otra cosa. Independiente de los motivos, la gracia es encontrarle un sentido. Ojalá que los gustos se traduzcan a un ámbito más formal. Uno a veces crea barreras entre lo académico y nuestros gustos, y eso hace más difícil el trabajo”.