Como parte de las actividades del Doctorado en Literatura Latinoamericana, el Profesor Emérito de la Universidad expuso sobre “Eros y Tanatos en la literatura”, desde los comienzos de la humanidad hasta nuestros días.

El destacado académico realizó una revisión de la presencia del amor y la muerte, desde los albores de la humanidad (10.000 A.C.) hasta nuestros días. “Me propuse entregar ejemplos y comentarios, la intención es llegar a un público amplio sin dejar de interesar a un público especializado”, sostuvo.

Es así como destacó la presencia de la relación entre ambos elementos en las obras griegas y en los mitos del inicio de la humanidad; luego habló del establecimiento de dos tipos de amor (ágape y eros) con la llegada del cristianismo. Tras ello -explicó- la literatura intentó fundir ambos conceptos, “espiritualizando el amor, pero sin negar su corporeidad, idea que entonces se asocia al concepto de buen amor”. De esta tendencia que busca reconciliar Eros y Ágape, dice Oelker, y de las concepciones de la muerte que se le asocian, surgieron tres líneas de desarrollo: la ascética, que profundiza en el amor espiritual; la hedonista que busca el placer en todos los ámbitos de la vida, porque entiende la muerte como desaparecimiento y una tercera que “trasciende desde lo corpóreo a lo espiritual, porque la anhelada fusión del uno con el otro solo es posible en la muerte por amor”. A esta última pertenecen historias como Romeo y Julieta o Antonio y Cleopatra, de Shakespeare.

Para finalizar, el académico comentó que en la literatura contemporánea, “la tendencia es a escamotear la muerte y admitirla como un suceso impersonal”. A la vez que se transforma a Eros en un objeto de consumo.

El Director del Doctorado en Literatura Latinoamericana, Edson Faúndez, señaló que esta charla es parte de las actividades regulares del programa, en el que se combina el desarrollo de las asignaturas con “una conferencia para acercar a nuestros investigadores con los estudiantes de pregrado”. Respecto del tema de esta charla, señaló que “la relación entre el amor y la muerte es profunda e inextricable y la literatura es uno de los lugares donde es posible apreciarlo”.