Las podas preventivas en parques urbanos o periurbanos que cuentan con arboleda, requieren de un manejo sustentable, sostenible y programado de los árboles, que ayude a preservar su vida útil y a evitar el riesgo asociado a cualquier desprendimiento y caídas de ramas (producto del peso o del daño del ejemplar).

Esto, debido a que todos los árboles pasan por procesos fisiológicos de envejecimiento al igual que todo ser vivo, haciéndolos susceptibles a enfermedades y agentes de daño tanto biótico como abiótico.

Por estas razones, la Dirección de Servicios de la Universidad de Concepción, encargó un estudio de Diagnóstico y Evaluación de Riesgo asociado a la arboleda urbana de la zona patrimonial del Campus Central.

El Ingeniero Forestal y Dr. en Ciencias Biológicas mención Botánica, Juan Pedro Elissetche, estuvo a cargo de dicho análisis, que determinó que la zona patrimonial concentra 160 árboles de 39 especies diferentes, 8 nativas y 31 introducidas, de los cuales algunos presentan asimetría de copas, problemas sanitarios asociados a pudriciones por hongos y una altura superior a los edificios, lo cual pone en serios riesgos la seguridad de las personas que transitan por el lugar.

De hecho, dado que hace años no se realizaba una poda preventiva, algunos árboles tienen una altura que supera los 25 metros, por lo que es necesario realizar podas de rebaje y podas de ápice de las copas para lograr una mejor estructura de las copas que estaban asimétricas, eliminar elementos con pudriciones, minimizar el riesgo de caídas de ramas y prevenir eventuales daños a la comunidad universitaria.

Este estudio fue conocido y avalado por el Comité de Modificaciones al Arboleda Urbana del Campus Concepción, en mayo de 2018, cuando se estableció como criterio que cualquier ejemplar de reposición o nuevo que se incorpore a la arboleda sea una especie nativa, señaló Giovana Cosmelli, arquitecta del Paisaje y Jefa de Parques y Jardines de la Universidad de Concepción.

Asimismo, la poda preventiva en la zona patrimonial de la UdeC cuenta con la autorización del Consejo de Monumentos Nacionales, acotó la arquitecta.

Estas podas preventivas comenzaron en agosto en la avenida central del Campus y forman parte de un programa de manejo integrado del arbolado. Dicho plan de manejo contempla, además, el monitoreo permanente de las especies, para determinar el avance del daño en aquellas afectadas por la acción de hongos degradadores; mantener una simetría en la altura de los árboles del Campus, rebajando aquellos que superen los 25 metros; evitar la inclinación de los árboles a causa de cables o tensores que atraviesan el Campus y extender la vida útil de los ejemplares, a través de acciones remediales destinadas a reparar los daños detectados en los árboles.