Por razones propias de los procesos institucionales, un significativo número de niños llega hasta las oficinas del Servicio Nacional de Menores, Sename, debiendo pasar mucho tiempo de espera mientras sus familiares se entrevistan con asistentes sociales o sicólogos de la institución.

Se trata, señala la académica de Educación Parvularia, Lilian Narváez, de procesos largos y dolorosos tanto para los niños como para las familias, los que podrían verse aliviados emocionalmente o, al menos, minimizados “al contar con diversos estímulos –en la forma de experiencias de aprendizaje- que puedan ser trabajadas entre madre y niño o sólo por el menor en un momento determinado, sacándolo de la situación que los convoca a dicho lugar y aportando a su desarrollo”.

En ese aspecto, la neurociencia -luego de variadas investigaciones- ha sido tajante al informar que niños que no son estimulados adecuadamente y en el tiempo oportuno, desarrollan cerebros más pequeños, agrega Narváez.

Con el objetivo de que las estudiantes de Educación Parvularia UdeC conozcan y experimenten en la práctica directa “la necesidad de reconocer que nuestro rol profesional va más allá del aula, y que nuestro deber es con los niños”, la académica impulsó el proyecto de extensión Potenciando el desarrollo de la infancia vulnerable a través de la implementación de espacios compartidos y estimulantes, que básicamente consiste en la implementación de una suerte de “rincón de la infancia” con juegos didácticos, colores y comodidades para que los niños que deban asistir a las oficinas del Sename sorteen la situación de una manera más confortable.

“La implementación de los espacios, independiente de lugar, forma y tamaño, es también tarea de las educadoras de párvulos, quienes sabemos que el ambiente propicio para el aprendizaje es básico en el desarrollo del párvulo, lo que se condice totalmente con nuestro marco curricular”, sostiene Narváez.

La iniciativa la lleva a cabo junto a las estudiantes de Educación Parvularia Stephanie Lizama, Elizabeth Garcés, Marjorie Sáez, Daniela Pérez, Carol Fernández y Marcela  Mendoza, quienes con todo su entusiasmo realizaron este medio día la implementación del colorido espacio que, considerando que los niños también requieren participar de la ambientación de su territorio, incorporará decoración transitoria compuesta por cuadros decorativos realizados por los pequeños que estén de visita.