Depositario de más de 35 mil piezas que dan cuenta de diversos estadios evolutivos de la tierra y de las especies que la habitaron en épocas remotas, el Museo de Geología Profesor Lajos Biró Bagoksky es una muestra más del amplio patrimonio científico y cultural de la UdeC.
El Museo, pertenciente al departamento de Ciencias de la Tierra, recuerda al académico de origen húngaro avecindado en nuestro país, Lajos Biró, reconocido precursor del desarrollo de las ciencias geológicas en nuestra casa de estudios.
Fue él, quien en los primeros  años de la década de los 70 agrupara, en el recién creado departamento de Geología y Paleontología, una serie de muestras de rocas y minerales que se encontraban dispersas en distintas reparticiones universitarias (en formación desde el origen de la casa de estudios) y que se sumaron a la colección paleontológica gestada por el propio académico a comienzos de los 60 e incluso antes.
Ambas han sido acrecentadas, a través del tiempo, con los aportes de académicos y estudiantes, que recopilan nuevo material en las salidas a terreno.
La colección paleontológica tiene un claro acento regional, explica el académico del departamento de Ciencias de la Tierra y docente encargado del Museo,  Luis Quinzio:  “en la región hay una serie de rocas que los geólogos agrupan en lo que se llaman formaciones, que tienen origen en sedimentos que se fueron acumulado y en los que los organismos que vivieron en esos ambientes fueron muriendo y fosilizándose”.
Además de  las muestras generales que explican el proceso de formación de fósiles (de distintos lugares y edades), el académico destaca  las colecciones de plantas del Triásico, las de invertebrados y vertebrados de la Formación Quiriquina y fósiles del Cenozoico.
“Tenemos rocas del Paleozoico (de entre 400 y 350 millones de años), de los períodos Devónico y Carbonífero, con huellas fósiles encontradas en la zona de Lirquén… son trazas que dejan los organismos que se desplazan por afloramientos del fondo marino”.
Importantes son también, en la perspectiva regional, las muestras de plantas fósiles, con impresiones de hojas, tallos e incluso semillas, que corresponden a la Formación Santa Juana.  “Son rocas del Triásico, que tienen entre 245 y 200 millones de años, es decir la parte  media y más alta del Triásico. En esa zona hubo áreas con mucha vegetación. Las rocas  (que representan esta época) están en los alrededores de Gomero, Talcamávida y, al frente,  en Santa Juana”,  señala el Dr. Quinzio.
El registro de plantas de la Formación Santa Juana, con sus mil ejemplares, se ha constituido en el mayor referente de flora del Triásico Superior en Chile y probablemente  en Sudamérica.
Afloramientos de la Formación Quiriquina –Cretácico Superior, 70 a 65 millones de años- se ubican en la  zona costera  y varios sitios de Concepción, de Talcahuano y Hualpén.  Aquí se encuentra la colección de invertebrados marinos, con las colecciones de amonites (que son excelentes datadores de rocas), de caracoles, bivalvos marinos; y de vertebrados, en la que se cuentan huesos y piezas reconstruidas de plesiosaurio y mesosaurios.
El curador del Museo, Gerardo Flores, señala que ésta es una de las edades que está mejor representada a nivel mundial, con unas 3 mil 500 piezas de fósiles muy bien conservadas y que reflejan una amplia variedad de fauna, donde resaltan las piezas de plesiosaurio.
Finalmente, están los fósiles relacionados con estratos de carbón, y que corresponden al período del Eoceno (55 a 30 millones de año); para llegar a los ejemplares más “nuevos”,  de la Formación Tubul, cuyas edades fluctúan entre los 5 y 4 millones de años (Plioceno).
También existen en esta colección muestras de la Formación Lo Valdés, ubicada en la Cordillera de Los Andes, frente a Santiago, del Jurásico Superior (136 millones de años) .
Minerales y rocas
Más de 7 mil ejemplares conforman la colección de Minerales y Rocas, a través de las cuales se puede conocer el proceso de formación de rocas y distintos tipos de minerales.
“Tenemos minerales formados desde roca, que son los más comunes, y los de importancia para el desarrollo económico del hombre, como el oro, la plata, el cobre, etc.”, cuenta Quinzio.
El académico detalla que dentro de estas colecciones hay una vitrina especial con un tipo de minerales (como la fluorita y otros de uranio) muy llamativos por su fosforescencia, la que se observa bajo luz ultravioleta, además de una pequeña colección de piedras semipreciosas de Brasil.
También existe una sección en la que se puede conocer las estructuras cristalinas asociada a distintos tipos de minerales metálicos y no metálicos. Existen unos mil 200 ejemplares de Chile y distintas partes del mundo.
Al igual que en la colección de fósiles, lo que se exhibe en el Museo también tiene un claro acento local.  Así, para la sección de rocas se han escogido las que son características de la región y el país, mientras que en los minerales se muestran familias que se presentan en Chile, señala el Curador.
De la misma forma en que ocurre con otros Museos universitarios, sólo se exhibe una pequeña fracción, en su sede, situada en la Cabina Cuatro del campus.
En el caso de la colección  paleontológica –como explica Quinzio-  la mayoría del material tiene un carácter científico, orientado a la investigación y al desarrollo de tesis de grado,  principalmente de biólogos y geólogos.
Otra parte de la colección se dedica a la docencia tanto universitaria, como de escuelas y liceos, que pueden acceder al Museo para conocer material relacionado con sus clases, con apoyo de estudiantes de Geología, que actúan como guías.
El Museo, en la Cabina Cuatro,  estará abierto al público este domingo 27 de mayo a partir de las 11.30 horas,  en el marco de las actividades del Día del Patrimonio Nacional y especialmente de las celebraciones de PatrimonioUdeC, donde puedes acceder a una completa galería fotográfica que muestra parte de las impresionantes piezas que guarda este museo.