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Investigadores UdeC advierten sobre situación de la pesca

Ahora es culpa de la anchoveta. El lunes pasado pescadores artesanales mantuvieron cerrados los puntos de descarga de sardina y anchoveta de la Región del Biobío en protesta por el bajo precio de la tonelada de la materia prima para la harina de pescado. No obstante, antes ya se habían presentado problemas con la captura del jurel y la merluza.

La ausencia de una clara definición de país con respecto a una política pesquera es, a juicio de un grupo de investigadores de la Universidad de Concepción, la causante de ésta y otra serie de inconvenientes que recurrentemente tienen al sector pesquero como foco de manifestaciones en distintas regiones del país.

En diciembre del año pasado, y tomando en cuenta esta realidad, la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo convocó a un grupo de académicos de la Universidad para analizar reforma a la Ley de Pesca actualmente en discusión, atendiendo al interés nacional y regional de diferentes grupos de personas naturales y personas jurídicas que participan de la actividad, no sólo en el sector pesquero extractivo, sino también representantes de los sectores de investigación, fiscalización y normativo, entre otros.

Los investigadores Jorge Dresdner y Hugo Salgado, del departamento de Economía; Hugo Arancibia, Leonardo Castro, Ricardo Galleguillos, Ciro Oyarzún y Sergio Neira, del departamento de Oceanografía, y Eduardo Tarifeño, del departamento de Zoología, todos con grado de doctor y experiencia en estos temas, han estado trabajando regularmente en las áreas específicas de esta Ley divididos en cuatro grupos: Concordancia entre principios de conservación e implementación del cuerpo legal; Investigación pesquera para la mejor administración de los recursos marinos renovables; Institucionalidad requerida para la sustentabilidad pesquera, y Financiamiento para cubrir los costos de la administración pesquera moderna.

Esta iniciativa de trabajo interdisciplinario responde al compromiso de la Universidad de aportar a los temas sensibles y relevantes que afectan a nuestra sociedad; para abril tienen programado un seminario que convocará a éstos y otros expertos internacionales en el tema.

Criterio inmediatista

En el grupo relacionado con la Investigación para la administración pesquera participan los investigadores Hugo Arancibia, Ricardo Galleguillos, Ciro Oyarzún y Eduardo Tarifeño, para quienes el foco de este trabajo interdisciplinario radica en la conservación del recurso: “si no hay pescado, no hay pesca”, grafican literalmente.

A juicio de Arancibia, el problema principal que se suscita en torno a la pesca tiene que ver con los derechos de propiedad: “en tierra tú puedas hacer todo lo que no está legalmente prohibido. En el mar tú puedes hacer sólo lo que está legal, expresamente, permitido. Y ahí está la gran diferencia. En el mar todo debe estar expresamente autorizado y la normativa es bastante estricta”.

En otras áreas de la producción y la economía los representantes son capaces de ponerse de acuerdo, continúa, pero no en la pesca: “siempre pasa algo que tiene que ver con los derechos de propiedad, con grupos culturales distintos a los que cuesta mucho poner de acuerdo. Todos presionan por más cuotas y la autoridad se ve obligada a estar permanente cediendo porque no están establecidos en la ley los mecanismos para resolución de conflictos”, asevera.

“Todos los problemas se han estado suscitando porque falta una clara definición como país de la política pesquera”, agrega Tarifeño, quien precisa que “lo único que se ha hecho en los últimos años es preocuparse de los detalles de las cuotas y el reparto de cuánta es la cantidad de pesca, pero no ha habido una definición global de política pesquera. Los problemas surgen porque, como no está ese gran marco de referencia, todos actúan con un criterio de tratar de sacar lo máximo posible, con un criterio inmediatista, y no se quieren dar cuenta de que con esa política a lo único que hemos llegado es a agotar los recursos. Todo el mundo quiere tener más pedazo de la torta que cada día es más chica. Ese es el conflicto: la torta es un pastelito y el número de comensales es mucho más grande de lo que existía antes, cuando la torta era grande”.

Anchoveta en peligro

A juicio del investigador, ese problema no se ha resuelto y se sigue actuando como si los recursos fueran infinitos. Con él coincide Arancibia, quien señala que, durante los últimos cinco gobiernos, la ley de pesca ha funcionado muy bien en el aspecto económico de las pesquerías en términos de maximizar los beneficios en el menor tiempo posible, lo que en economía se llama maximización de la renta presente.

“Eso ha funcionado bien a costa de, en el mediano y largo plazo, tener a todos sin excepción, ya sea recursos pesqueros industriales y artesanales, en una condición catastrófica”, señala. A su juicio, en no más de 10 años, ello traerá como consecuencia no sólo una reducción en el empleo, sino que  también costos ambientales, puesto que se “opera sobre recursos marinos renovables como si fueran infinitos”.

Eso ha sido el proceso vivido en la explotación de especies con ciclos de vida más largos, como el jurel y la merluza. Para Oyarzún, la anchoveta –actualmente en discusión- con su ciclo de vida corto, está “un poco más saludable”.

No obstante, el investigador advierte el riesgo de que, si bien esta especie puede tener cursos de recuperación relativamente largos, también puede mostrar cursos de variabilidad hacia abajo, y “ahí sí que podría ser catastrófico, sobre todo ahora que se la está explotando con la mayor intensidad histórica, especialmente en este período de reclutamiento; es decir, cuando los ejemplares nuevos se suman a la pesquería”.

“Independientes de todas las discusiones políticas, nosotros como investigadores tenemos el interés en la conservación de los recursos”, agrega Galleguillos. “Estamos preocupados por los recursos. Quienes están haciendo uso de ellos deben tomar medidas para su sustentabilidad y conservación”, finaliza.