Las movilizaciones de los indignados del 15 de mayo de 2011 (15 M) en España, cambiaron el modo de canalizar la protesta ciudadana, abriendo, a la vez, nuevas formas de represión por parte de las órganos del control del orden.
Estos fueron los tópicos que abordó el académico de la Universidad de Castilla La Mancha, Pedro Oliver, en una conferencia que ofreció para alumnos y docentes de Historia.
El académico -especialista en materias como el castigo institucional, violencia institucional, nuevos movimientos sociales, entre otros- explicó la génesis del 15 M que surgió como una respuesta a la crisis económica del país y a la desconfianza ciudadana en la clase política.
Este fenómeno protestatario tuvo su máxima expresión en la masiva acampada en las Puerta del Sol en Madrid, replicándose más tarde en las plazas de las ciudades más importantes del país. En opinión del Dr. Oliver, este fue un hito que marcó el fin de una época “que arranca de la transición de la dictadura a la democracia”, que se inició en 1975 con la muerte del general Francisco Franco.
De acuerdo al académico, lo importante de estas manifestaciones es que se trató de movilizaciones pacíficas, “transgresiones no violentas de la ley”, de carácter multitudinarias (no de una minoría), con una amplia adhesión social.
El investigador señaló que los intentos de desalojo de las plazas recibieron como respuesta más presencia, lo que impedía la acción de las fuerzas de orden y que continuó repitiéndose en las distintas protestas que se realizaron posteriormente.
Según el investigador, frente a la dificultad de usar las herramientas “legales” de represión aparecieron formas “sucias” de ella, destinadas a desprestigiar las protestas. La utilización de infiltrados, el control de identidad y las multas a manifestantes fueron algunos de los mecanismos usados para reprimir las protestas, a lo que se agrega una legislación que -según el Dr. Oliver- el gobierno del Partido Popular hizo “ex profeso para acabar con las protestas”: la ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ley mordaza.
Según el Dr. Oliver, en el proceso de elaboración de este cuerpo legal se puede ver “que lo que va diciendo el Ministro del Interior, de la ley, y cómo va cambiando la redacción del borrador, está en función cuasi dialéctica con las protestas. Es un ley anti 15 M, contra los desórdenes, contra los ecologistas (…), contra los huelguitas, Y tiene, además, una reforma del Código Penal pensada para criminalizar y penalizar la protesta”, dijo.