Más que un tópico científico, el cambio climático es, para el investigador norteamericano Andrew Hoffman, un tema cultural que pone en conflicto las  visiones de mundo, valores,  creencias e ideologías de las personas.
Titular de la cátedra de Empresa Sustentable en Universidad de Michigan, el doctor Hoffman ofreció, para la Facultad de Ingeniería Ambiental, la conferencia Cómo la cultura modela el debate del cambio climático, durante una visita que hizo ayer a la ciudad, invitado por la Agencia de Promoción de Exportaciones, ProChile.
“En Estados Unidos, este es un tema extremadamente controversial que divide al país entre los que le creen y no le creen a los científicos”, dijo el académico, quien señaló que éste también ha llegado a ser un asunto político con posiciones claramente identificables entre uno u otro sector ideológico.
Un  hecho relevante en torno al cambio climático, dijo, es que si bien hay consenso científico sobre sus amenazas e implicancias, con cifras y modelos que lo demuestran, este consenso no se expresa en el nivel social y esto es lo que –en su opinión-  dificulta un cambio de comportamiento frente al tema.
“Muchos norteamericanos no creen le creen a los científicos que esto está pasando”, dijo, mostrando resultados de encuestas que reflejan un descenso de la confianza de los ciudadanos en los ciencia relativa a los temas ambientales.
Una de ellas señala que la creencia en los científicos bajó de un 71 a un 57% entre 2008 y 2009.  Por otro lado, agregó, hay un porcentaje que se declara escéptico al respecto.
El problema –explicó- es que la mayor parte de las personas –dos tercios de la población de Estados Unidos, según un estudio de la Academia Nacional de Ciencias- no entiende la ciencia ni sus métodos y, aunque se le presenten las evidencias de lo que está pasando, no van a cambiar su opinión “simplemente, porque no comprenden”.
Por eso, afirmó, el principal desafío hoy es mejorar el entendimiento del ciudadano común sobre la ciencia y el trabajo de los científicos; pero también, como señaló, es necesario llevar el debate más allá de los aspectos técnicos.
Para eso, dijo, es necesario usar buenas tácticas, como conocer bien al público, para dirigir los mensajes sobre el cambio climático de acuerdo a sus pautas culturales;  centrarse en las preguntas científicas correctas, de modo que puedan ser comprendidas por las personas, y focalizar la discusión en los puntos en los que los científicos están de acuerdo, entre otros.