Uno de los subproductos más importante de la extracción del cobre en Chile es el molibdeno. Este mineral ha aumentado su relevancia en los últimos 15 años, quintuplicando el valor actual del cobre en los mercados internacionales, pues su uso es vital para la industria del hierro y acero, ya que se utiliza como metal, consumiendo más del 70-75% del mineral.
Sin embargo, en el proceso de extracción, los minerales de cobre y molibdeno son obtenidos de manera conjunta y posteriormente separados en un proceso para el cual se utiliza el reactivo Sulfhidrato de Sodio (NaHS) que, aunque desde el punto de vista técnico ha demostrado buenos resultados, a nivel industrial presenta problemas ambientales importantes asociados a su uso.
Ante esto, una alternativa no tóxica es la utilización de lignosulfonatos derivados de la lignina, macromolécula presente en la madera, que han mostrado ser efectivos depresantes en procesos de flotación de cobre-molibdeno. Además, han mostrado ser efectivos en la depresión de especies problemáticas, como los filosilicatos, que dificultan la obtención de minerales de mayor valor.
Esto último es relevante considerando que los principales yacimientos de cobre en Chile son minas envejecidas en las cuales la extracción continua ha provocado el agotamiento de los recursos minerales, traduciéndose en la obtención de minerales de baja ley y altos contenidos de especies problemáticas como son los filosilicatos.
Ante este escenario, los profesores Dr. Regis Teixeira M., de la Facultad de Ciencias Forestales, y el Dr. Leopoldo Gutiérrez, del Departamento de Ingeniería Civil en Minas, ambos de la Universidad de Concepción, encabezan un proyecto Fondef Idea, que propone la producción de lignosulfonatos a partir de ligninas industriales y de origen biológico para su uso como reactivos depresantes en la industria minera. Este proyecto se generó gracias al Convenio de Desempeño en Bioeconomía del Centro de Biotecnología, Unidad de Desarrollo Tecnológico –UDT-, y Vicerrectoría de la Universidad de Concepción.
Los científicos estiman que la utilización de productos de origen vegetal representa una de las mejores soluciones para reemplazar reactivos tóxicos, ya que estos compuestos poseen en general una baja toxicidad que traspasar al medio ambiente. Por otro lado, la gran abundancia de lignina y capacidad de introducir modificaciones químicas que aumenten sus propiedades tenso-activas, aparecen como grandes ventajas al momento de utilizarla como materia prima renovable para el desarrollo de los lignosulfonatos.
Los destinatarios finales de esta tecnología serán las empresas mineras, quienes se verán beneficiadas al reducir el impacto medioambiental de sus procesos de concentración y reducir el riesgo en el transporte, manejo y utilización de reactivos tóxicos. Además, podrán aumentar sus ganancias al procesar minerales de cobre y molibdeno con altos contenidos de especies problemáticas.
“Creo que el hecho de que dos sectores económicos tan importantes para nuestro país como lo son minería y la industria forestal se asocien con la finalidad de desarrollar tecnologías innovadoras y amigables con el ambiente, abre un mundo de oportunidades”, señaló el Dr. Gutiérrez, especialista en flotación de minerales. Además, afirmó que las proyecciones de este proyecto son muy prometedoras, pensando en la segunda etapa del concurso Fondef Idea.
Asimismo, el Dr. Teixeira destacó que para la minería este proceso es complejo, pues el grado de concentración de minerales disponible de la extracción es relativamente bajo. “Con este proyecto buscamos aumentar la recuperación del cobre, si se recupera el porcentaje por el volumen, ya es algo significativo, además, nos interesa valorizar la lignina, ya que hoy posee valor como energía para combustible. Sin embargo, existen opciones tecnológicas en el proceso de producción de celulosa, en que es posible recuperar la lignina desde el licor negro y al mismo tiempo aumentar la producción volumétrica de pulpa. Con esto, obtendríamos un aumento de la producción de celulosa, le agregaríamos un valor distinto a la lignina, mejoraríamos el proceso de recuperación del cobre, y además tendríamos un producto más amigable con el medio ambiente. Son grandes ventajas para los dos sectores”, destacó el especialista en química de la madera.
Xuksa Kramcsak