Emotivos momentos vivió la comunidad del Departamento de Ingeniería Química, en la inauguración de su nuevo auditorio, dedicado a la memoria del docente e investigador Dr. Hugo Segura, fallecido hace dos años.

La ceremonia, en que se descubrió una placa recordatoria, contó con la presencia de familiares -entre ellos, su madre, Eliana Gómez; su esposa, la Directora del Departamento de Informática y Ciencias de la Computación, Dra. Andrea Rodríguez, e hijos- quienes fueron acompañados por autoridades de la Facultad de Ingeniería; directivos, académicos y estudiantes del Departamento, además de un grupo de exalumnos.

El Director del Departamento, Dr. Alfredo Gordon, afirmó que el Auditorio Hugo Segura “es una muestra del afecto que (sus colegas) teníamos y tenemos por él”, a la vez señaló que existe constancia “del recuerdo absolutamente imborrable de cariño, estímulo y motivación” que tienen quienes fueron sus alumnos.

En la oportunidad, también se refirió al legado del Dr. Segura, del que el Departamento ha tenido preocupación expresa, consignándolo en un libro sobre termodinámica (la especialidad del académico) con la colaboración de José Garrido, su último alumno de doctorado.

“Está prácticamente listo y, según los expertos, es y será el mejor libro de termodinámica en castellano que exista en la actualidad; obra que esperamos difundir entre todos los departamentos de Ingeniería en Química, no solo en Chile sino también en lo posible del mundo iberoamericano”, contó Gordon.

En el momento del recuerdo, se unieron las visiones de quien fuera el primer alumno de doctorado del Dr. Segura, el profesor del Departamento, Andrés Mejía, y su último tesista, José Garrido.

El Dr. Mejía reseñó los aspectos más relevantes de la biografía del Dr. Segura, donde se refirió a su alta productividad científica; su participación, en varias ocasiones, como profesor visitante de las universidades de Ben Gurión (Israel) y de Valencia (España), así como los reconocimientos que recibió, dentro de los cuales destacó los premios Municipal de Ciencias Aplicadas y del Instituto Británico de Ingenieros Químicos.

En una arista más íntima, reconoció que su período como alumno del investigador “fue una aventura de vida”, a la vez que señaló que “para mí es un privilegio todavía compartir con Andrea, haber compartido con Hugo la parte personal y la parte académica”.

José Garrido, en tanto recordó que el profesor Segura planteaba que "la termodinámica no era una ciencia, sino que era un estilo de vida”, explicando que “la podemos definir como un molino que da muchas vueltas para producir frutos que tiene una relativa importancia”. En esa perspectiva, dijo que para quienes compartieron con el académico, él era como ese molino, capaz de transformar la vida de las personas.

También manifestó que, al igual que muchos estudiantes, tuvo la oportunidad de conocer “no al Hugo profesor, sino al Hugo cercano, al Hugo amigo (…) él siempre consideraba que la relación profesor-alumno debía ser cercana y de confianza, y eso es lo que yo viví con él”.

Por su parte, la Dra. Andrea Rodríguez agradeció el homenaje “tan fiel a la memoria de Hugo”, señalando que “esto hace que lo que me han dicho constantemente, de que la vida continúa, sea menos dolorosa. Y continúa porque veo que Hugo hizo que la vida de ustedes, la vida de nosotros, no solo de los más cercanos, fuera un poco mejor”.

La construcción del auditorio es parte de las obras de reciclaje y remodelación del Edificio Gustavo Pizarro, cuya habilitación de espacios ha contado con la colaboración de exalumnos y, en algunos casos, de los propios académicos, quienes recibieron reconocimientos al cierre de la ceremonia.