La crisis de las ciencias sociales fue el eje de las reflexiones, que el investigador Gabriel Salazar compartió en la conferencia "Nuevos movimientos sociales, vieja historiografía", con que inauguró el año académico de la carrera de Licenciatura en Historia.

“Este es un tema importante, porque desde 1980 hasta el día de hoy, hemos tenido un cambio en nuestra realidad, en nuestra sociedad, en nuestra cultura y en nuestras estructuras que, en conjunto, han configurado un cambio de época. Nos cambiaron el contexto en cuestión de 20-30 años a una realidad que no parece reconocible, que no es identificable de acuerdo a los parámetros del pasado y eso equivale para todos los ciudadanos y particularmente para los ciudadanos chilenos, que hemos tenido un remezón mucho más potente que otros países”, señaló el Premio Nacional de Historia.

De acuerdo al Dr. Salazar, este cambio afectó también a las ciencias sociales, que -explicó- se consolidaron entre los años 50 y 60, al alero de un estado “que lo era todo o que pretendía serlo todo”, pero que hoy ya no existe.

El problema actual de las ciencias sociales -según Salazar- es que no sabe cuál es su musa ni qué le dice, lo mismo que la historia que no sabe cuál es su inspiración ni su norte, pero que para él tiene una respuesta clara: la musa es la comunidad local, el pueblo.

El académico se mostró complacido por esta nueva invitación de la UdeC porque -como expresó- “en esta ciudad y esta universidad se condensa la necesidad de pensar la historia de Chile con urgencia no solo como un afán y un ritmo académico, que todos sabemos que es un ritmo académico cansino, autovalente y autorreferente, sino de pensar la realidad chilena, históricamente desde una realidad tensa como ha sido siempre en Chile y particularmente en esta región”. Hay, dijo, un interés de “pesar en serio nuestros problemas históricos y nuestra ciencia”.

En la oportunidad, el jefe de la carrera de Licenciatura en Historia, Mauricio Rojas, defendió el valor de la disciplina “en una época en que aparentemente las humanidades resultan inútiles y sin sentido”, relevando la necesidad de “mirar y recoger lo que ha ocurrido”.

Pero advirtió que para ello es necesaria “una mirada de un conocimiento científico, epistemológico, basado en una disciplina como es la historia”. En ese contexto, agregó, la carrera de la UdeC es entendida como una comunidad “que se hace cargo de tensiones que la sociedad actual demanda”. Una de esas tensiones, explicó, apunta “al difícil equilibrio entre ampliar el campo laboral de nuestros egresados, custodiando que el mercado no anquilose nuestra mirada crítica, transformándonos en sujetos unidimensionales, sin visiones alternativas de sociedad”.

Es así, como la especialidad llevó a cabo un proceso de innovación curricular, en marcha desde este semestre, con el fin de otorgar más oportunidades laborales a sus egresados y optimizar su formación “con asignaturas que presenten enfoques y temáticas actualizadas”, explicó el académico.