Los avances en el desarrollo de las neurociencias cognitivas y sociales y sus aportes en el ámbito de la neurología y la psiquiatría fueron los aspectos centrales de la conferencia que el especialista argentino, Agustín Ibáñez, impartió en una nueva sesión de los seminarios de especialización del Grupo de investigación de Neurociencia Cognitiva y Educación.
El Director del Laboratorio de Psicología Experimental y Neurociencias del Instituto de Neurología Cognitiva de Argentina, señaló que las concepciones antiguas sobre la mente, entendida como un proceso separado del cuerpo, han comenzado a ser derribadas por los nuevos conocimientos aportados desde las neurociencias.
“Ha habido muchas construcciones acerca de la mente como una especie de entidad abstracta,  lógico-matemática, des corporeizada, descontextualiza, libre de la cultura y de los afectos. Hoy las neurociencias cognitivas y sociales nos muestran que no es así y que, en realidad, el cuerpo, los afectos, la cultura son parte constituyente de lo que entendemos como mente”, dijo el Dr. Ibáñez.
Por ello, agregó que para entender “la afectación de los cuadros psiquiátricos y neurológicos, hay que también tener la perspectiva de las neurociencias sociales”.
El investigador explicó que esta idea dualística de mente y cuerpo también generaron una escisión en los estudios neuropsiquiátricos, según la cual las enfermedades neurológicas tienen una causa orgánica, mientras que las patologías psiquiátricas son de origen psicológico. “Sin embargo, las neurociencias cambian bastante el panorama, porque los métodos de neurociencia se utilizan tanto para cuadros siquiátricos como neurológicos”, señaló. Asimismo, destacó la importancia de las neurociencias en la comprensión de comportamientos sociales que están afectados por ciertas patologías.
“La cognición social, el reconocer emociones, comprender los significados de otras personas, tener empatía, y, en general, tomar decisiones sociales que afectan a los otros son procesos muy sutiles y casi cualquier cuadro psiquiátrico y neurológico tiene cierto grado de afectación social. Por eso, las neurociencias sociales permiten aplicar una investigación que es transnosológica (que va más allá de las clasificaciones tradicionales de las enfermedades) para estudiar estos fenómenos y aprender más de las patologías, pero también para aprender más de la mente sana, desde ambos lados de la vereda”.
Todos estos aspectos fueron ilustrados por diversos estudios que el experto expuso ante un auditorio Jaime Baeza lleno.
Investigador y docente asociado a distintas instituciones en varios países, el Dr. Ibáñez aseguró que es necesario generar más instancias de colaboración entre expertos en Sudamérica, para poder lograr un mayor desarrollo en el área.  “Somos pocos y colaboramos muy poco entre nosotros; en Estados Unidos y Europa hay un nivel de interacción, de movilidad y cooperación tremendamente más marcado. Y creo que en Sudamérica hay oportunidades que no hay en otros lugares. Todo es nuevo y más difícil”, afirmó.
En la oportunidad, la directora del grupo Grupo de investigación de Neurociencia Cognitiva y Educación, Dra. Mabel Urrutia, destacó la trayectoria del investigador, quien  es un pionero en el área de la neurociencia en América Latina.
“En un contexto en que el cerebro cobra importancia en diferentes ámbitos disciplinarios, incluyendo el educativo, y muchos se atreven a hablar de neurociencia sin investigarlo, es importante contar con un referente internacional en el área, con más de 15 años dedicados a la investigación”, aseguró.
Asimismo, se refirió a las acciones de cooperación que el Dr. Ibáñez realiza en beneficio de investigadores y estudiantes en la región y que, a futuro –anunció la académica- se extenderán a la UdeC.  De hecho, ambos han estado trabajando en la elaboración de proyectos conjuntos para concursos de Fondef y Fondecyt.