Con una ceremonia realizada en el auditorio Emprendo, ayer se llevó a cabo la clausura del Programa Vinculación Alumno Empresa: apoyo al emprendimiento en fase temprana, una iniciativa conjunta de la carrera de Ingeniería Civil Industrial y la Incubadora de Negocios de la Universidad, Idea Incuba, con el objetivo de favorecer un acercamiento entre los futuros profesionales y el mundo empresarial.
El Programa, que tuvo su fase piloto el año pasado, consiste en poner en contacto a los alumnos de la asignatura de Preparación y evaluación de proyectos con personas que se encuentran iniciando sus emprendimientos, a quienes entregan asesoría gratuita.
“La idea es que los alumnos desarrollen todos los estudios de prefactibilidad asociados a la idea (del emprendedor), con una asesoría desde el punto de vista técnico, de mercado, financiero y económico, para que el proyecto pueda ser mejorado y se potencie, de manera que tenga más posibilidades de éxito”, explicó el jefe de carrera, doctor Jorge Jiménez.
La ventaja de este sistema, agregó, es su carácter profesionalizante, ya que “tienen la oportunidad de trabajar con personas y situaciones reales, y se enfrentan al desafío de tener que buscar información que prácticamente no existe, porque muchos proyectos son de emprendimiento e innovación”, dijo.
En la fase piloto se trabajó con cuatro proyectos, en tanto que en esta oportunidad se seleccionaron 17 iniciativas aprobadas en la Décima Convocatoria de Innovación Emprendedora de Innova Bío Bío, que se repartieron entre los distintos equipos en que se organizaron los 60 alumnos de la asignatura.
La experiencia ha sido más que positiva, como comentó la directora de Idea Incuba, Beatriz Millán. “La retroalimentación de los emprendedores ha sido positiva desde el punto de vista del escalamiento que ellos pueden llegar a tener, les ayuda a poder abrir sus mentes desde la perspectiva de negocio. Muchas veces estos emprendedores están encerrados dentro de su taller o dentro de su oficina y trabajando con estos jóvenes, con su conocimiento, con sus ganas de hacer cosas y con su experticia, han podido salir adelante con el apoyo que reciben en esta fase inicial del negocio”, señaló.
También destacó que en esta iniciativa los estudiantes puede tener una visión de lo que ocurre en el mundo real, más allá de lo que dicen los libros. Así lo reconoció Jorge Corvalán, quien señala que en los libros hay cosas que se ven muy simples, pero que son distintas en la realidad.
“Hay muchas cosas que son inciertas, por ejemplo la tasa de rentabilidad que se le exige a los proyectos; son muchas las variables que uno no domina tan fácilmente como aparecen en los libros”, indicó el joven, que trabajó en un emprendimiento vinculado a una aplicación móvil destinada a optimizar la producción de madera en pequeñas y medianas empresas.
El estudiante afirmó que esta experiencia le otorga más seguridad para enfrentar otro tipo de proyectos a la hora de insertarse en el mundo laboral.
A Belén Flores, en tanto, le tocó interactuar con un grupo de emprendedores que trabajan en el área educativa, evaluando una aplicación cuyo objetivo es apoyar los aprendizajes en niños. “Es la primera vez que trabajábamos con una empresa real y fue una súper buena experiencia, había que participar en reuniones, había que levantar información, se requería que estuviéramos ahí constantemente trabajando, entonces requirió harto esfuerzo por parte nuestra”, señaló, al tiempo que valoró la posibilidad que da este programa de establecer contacto con las personas y de aprender más allá de la sala de clases.
Por su parte, la emprendedora Liliana Sáez -impulsora del proyecto “1001 creativos”, una plataforma web de promoción de los productos de diseñadores, artistas y artesanos de la región- se mostró completamente satisfecha del trabajo realizado por su grupo asesor.
“Yo vengo del área del diseño y lo que tiene que ver con la parte comercial para mí es difícil de desarrollar. Con la investigación que hicieron los chicos me di cuenta de varias cosas que tenía que proyectar para comenzar a funcionar bien el primer año y de otros aspectos que había dejado fuera del planteamiento de mi proyecto por desconocimiento; también obtuve algunos datos que no conocía de mis clientes, así que el aporte de ellos para mí fue fundamental”, afirmó.