Desarrollar el interés por la ciencia desde la juventud es una de las ideas fuerza que se desarrollan actualmente en el país, especialmente en el área educacional. Por esta razón y en el marco de la semana científico-humanista del Colegio san Vicente de Chillán, los estudiantes del establecimiento propusieron realizar investigaciones acompañadas por algún académico universitario.
Así llegaron Jessica Cabrera, Karen Reyes, Isabel Becerra y Bastián Belmar a conversar con el profesor de la Universidad de Concepción, José Fernando Reyes, quien les mostró el desarrollo de sus investigaciones en microalgas, como explica la estudiantes de tercero medio, Karen Reyes: “al inicio teníamos otro proyecto con bacterias degradadoras de plástico, pero vinimos aquí y unos profesores nos contaron sobre algunos proyectos y nos derivaron al profesor Reyes. Él nos contó la idea y nos gustó más, así es que decidimos trabajar con él”.
El objetivo trazado por las estudiantes ?y para lo que han trabajado codo a codo con el ingeniero en alimentos Ludwing Burgos y con el apoyo del profesor Pedro Aqueveque? es el desarrollo de microalgas en medios con diferentes concentraciones de sales o nutrientes, para lo que se va haciendo un monitoreo de diferentes variables, como las condiciones de temperatura del cultivo y el pH.
Así, observan la espirulina e infieren algunas conclusiones: “Los estudiantes ven cuáles son las mejores condiciones de cultivo para la espirulina y analizamos si es posible mantener cultivos en esta zona con estas características ambientales, ya que la espirulina contiene alta concentración de proteínas que podrían ser incorporados en alimentos”, explica Burgos.
En el Laboratorio de Biomasa de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción se trabaja actualmente con dos tipos de microalgas diferentes. Una de ellas  es Scenedesmus sp., de la cual se pueden extraer lípidos que sirven a la generación de biocombustible y también como ácidos grasos poli-instaurados u “omegas” de alto valor nutracéuticos.  Por otra, la espirulina, posee también excelentes propiedades nutricionales debido a sus elevados contenidos de aminoácidos esenciales. Los alumnos del Colegio San Vicente trabajaron principalmente con estas especies.
Respecto de la experiencia y sus expectativas , Jéssica Cabrera señaló que “cuando vinimos, el profesor nos explicó que podíamos cultivar la microalga para que después pudiéramos aplicar todo lo que hicimos y hacerlo más grande y así poder crear, por ejemplo, biocombustible o alimentos de alto valor, así es que nosotros queremos manipular las variables para después poder aplicarlas y el otro año volver a hacer algo aquí, porque nos hemos sentido muy acogidos”.

Moira Fernández