En el marco del ciclo de Charlas Pro Naturaleza que organiza Ciencias Forestales, el profesor Eugenio Sanfuentes, Doctor en Fitopatología forestal, expuso sobre el silencioso mal que afecta a más de un 90% de la población de las Araucarias.

Las alarmas saltaron el año 2016, en donde varias comunidades avisaron a las autoridades sobre el daño foliar que se percibía en araucarias de todas las edades. Los profesionales de Conaf recogieron información de distintas localidades del país y constataron que el peligro que enfrentaba esta especie era más serio de los que se esperaba. A partir de ese momento, varios equipos de investigación se abocan a la tarea de identificar el mal y las causas que provocan la muerte de los árboles; uno de ellos es el laboratorio de Fitopatología Forestal de la UdeC, que lidera el Dr. Sanfuentes. Su equipo estudia a una población de araucarias del sector de Trongol Alto, en la cordillera de Nahuelbuta.

“La idea es básicamente aislar posibles agentes patógenos (hongos, bacterias u otros) que puedan estar causando este problema en las araucarias. Este es un problema que afecta al follaje y ramas de esta especie. Los síntomas aparecen mostrando un patrón que comienza desde abajo hacia arriba de la copa de árbol y que dependiendo de la severidad termina matando al árbol, afectando tanto plantas de regeneración natural hasta en estado adulto, incluso con más 500 años. En este estudio queremos, primero que nada, determinar si hay algún agente específico que esté relacionado con la mortalidad de estos árboles”, señaló el investigador.

Durante la charla, hizo un llamado a trabajar en conjunto por encontrar una solución, cruzando información y haciendo un trabajo transdisciplinario que involucre entomología, climatología, fisiología, edafología, y microbiología, que aporten datos sobre patologías y plagas emergentes, disponibilidad de agua, nutrición, variaciones ambientales y alteraciones en la fisiología de los árboles. También recalcó la importancia que representa toda la experiencia de las comunidades mapuches que han convido desde siempre con esta especie, por todos los datos que pueden aportar con sus conocimientos.

Entre las consideraciones finales, señaló que el daño foliar de las araucarias de Nahuelbuta es aún de origen desconocido. Se desconoce su disposición temporal y espacial, y su potencial daño aún es incierto. Existen hipótesis, por ejemplo, factores de predisposición asociados al ambiente como una posible causa (agentes como microorganismos e insectos actuando en conjunto). Además se han identificado algunos hongos e insectos asociados a los síntomas de las araucarias, pero es necesario determinar la patogenicidad de agentes, para lo que se están haciendo estudios epidemiológicos.

El Dr. Sanfuentes hizo un llamado a todos los especialistas en árboles nativos a tomar esta situación como una alerta de que otras especies nativas puedan verse afectados por problemas fitosanitarios debido a los cambios en el ambiente.

David Uribe