La limitación de lo público sólo a la esfera de lo estatal en el debate de la educación superior es, para el asesor de gestión de la Rectoría, Alberto Larrain, condenar a las universidades de Concepción, Federico Santa María y Austral de Chile a una suerte de limbo, porque si bien se trata de instituciones de carácter privado, su quehacer tiene una orientación claramente pública.
Por eso, en su opinión, en las actuales discusiones en torno a la reforma educacional “es fundamental hacer claridad entre lo que es estatal, lo que es público y lo que es privado en la educación superior”.
Esto, dijo, “puede significar la diferencia entre ser una universidad proyectada al futuro, que mantenga la actividad que hasta hoy día desarrolla, y una universidad que se vea seriamente limitada, a través de los aportes que el Estado le haga”, afirmó Larrain -en representación del rector Sergio Lavanchy- en el foro panel Universidades Estatales, Universidades Privadas y lo Público que se llevó a cabo esta tarde en la UdeC, organizado por Izquierda Autónoma.
“Desde el punto de vista conceptual, todo lo que la UdeC hace en la educación superior tiene finalidad pública: genera bienes públicos en investigación, extensión, patentamiento y, sobre todo, formación. No tenemos ni el más mínimo trazo de una institución privada como las que han surgido en los últimos años después de la modificación de la legislación chilena en educación superior. Para nosotros no existe un dilema ni un problema de definición; tenemos absolutamente claro que la UdeC es una universidad que pertenece a la Región y que es una universidad, para todos los efectos, pública”, indicó.
El foro panel, moderado por el ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Andrés Fielbaum, contó también con la participación de los diputados Jaime Bellolio (UDI) y Gabriel Boric (Izquierda Autónoma).
El diputado Bellolio criticó la falta de definiciones, en el proyecto de reforma del gobierno, en torno al sentido -o fin- de la educación.  A su juicio, la educación debe estar orientada a la formación de hombres y mujeres libres y, en esa perspectiva, “no existe una única manera” para hacerlo.  Por eso, aboga por un sistema diverso “en el que se pueda elegir dónde estudiar y qué estudiar”.
En su opinión, si existe una necesidad de educación pública, ésta no tiene que ser sólo del Estado. “Yo no creo en los monopolios, y menos todavía en los monopolios del Estado; para que haya diversidad tiene que haber necesariamente posibilidades de distintos proyectos educativos, donde haya una diversidad para educar en libertad”, puntualizó.
Por su parte, el diputado Boric destacó el papel crucial que tiene la actual  discusión sobre la educación pública, proceso que,  a su juicio, es uno de los resultados de las movilizaciones estudiantiles de los últimos años.
“Para impulsar lo público en los términos de las fuerzas sociales, hay que reinventar una propia versión, actualizada al siglo XXI, de lo que es lo público y no sólo una formulación intelectual, sino de una alianza social y política de condiciones reales en que esto pueda proyectarse”, dijo.
También afirmó que en las condiciones actuales, de un Estado subsidiario,  "lo público es imposible"; por eso, dijo, hay que cambiar el carácter del Estado. “Reinstalar lo público hoy día significa hacer retroceder al mercado y,  como el mercado no es una entelequia, es hacer retroceder a los empresarios de la educación, a los intereses conservadores ideológicos que forman hoy día a nuestros jóvenes y niños y que se pretenden por encima de la democracia aun cuando se financian con los recursos de todos”, señaló.