Era el tipo de partidos que entusiasmaba a Jorge Vera Sierra: el clásico Ingeniería Civil Industrial –su carrera- versus Ingeniería Química. No se lo perdía, dicen quienes compartieron con él su pasión futbolística.
Esta vez,  el encuentro se transformó en una instancia para recordar al hijo, al hermano, al compañero de curso, al deportista y especialmente al voluntario de Un Techo para Chile que murió a consecuencia de un accidente carretero que se produjo cuando viajaba a Los Álamos para cumplir  labores de su voluntariado.
Anoche, en el Estadio de la Universidad, sus compañeros, amigos, integrantes de Un Techo para Chile, directivos universitarios y docentes de la facultad de Ingeniería  acompañaron a Oriana, Jorge y Sady, la madre, el padre y el hermano del joven, en el homenaje preparado por los estudiantes, en conjunto con la dirección de Servicios Estudiantiles (DISE).
En la apertura de la jornada, el director de la repartición, Miguel Cornejo, manifestó el dolor de los universitarios por la pérdida de uno de los suyos: “cada vez que se nos va un estudiante, más aún en un caso como éste, la Universidad lo siente muy fuerte”, dijo.
Los equipos de ambas carreras entraron al estadio unidos en un lienzo con el rostro del estudiante y la inscripción “la vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento”.
Luego y antes de iniciar el partido, en el centro de la cancha, los jugadores marcaron el inicio de un minuto de silencio en homenaje al estudiante de 23 años, cuya motivación de vida había sido la búsqueda de un cambio para las personas y la sociedad, definición que encontró eco en su voluntariado.
Pasado el primer tiempo la familia recibió, de parte de los estudiantes, una copa recordatoria, además del lienzo con la imagen de Jorge; mientras que el director de Servicios Estudiantiles les hizo entrega de una placa de reconocimiento por su aporte a la vida universitaria.
Emocionado, el padre agradeció el gesto y, tal vez pensando en el trabajo de su hijo, llamó a los jóvenes a vivir siempre de manera constructiva. La madre, en tanto, se mostró agradecida por las expresiones de cariño recibidas en estos días.  “Nunca pensé que mi hijo era tan querido. Hemos estado acompañados por la gente de Un Techo, los compañeros de la U, compañeros del liceo, sus amigos. Yo creo que eso nos hace tener más fuerzas para seguir adelante”.
Capitán de los químicos,  Sebastián Zaror,  habló de la calidad humana de “Coco” tanto como persona, como universitario y voluntario, destacando su sonrisa y carisma; mientras que, en representación del equipo de los industriales,  su amigo, Andrés Pinto, señaló que a pesar de su ausencia física, sus compañeros de equipo lo sienten cerca. “No es un simple recuerdo: está con nosotros cuando hablamos de él…el Coco va a ser el jugador nº 12, el que va estar en cada partido, el que nos va a acompañar en los estudios”, dijo.
Tomando la camiseta 10, la de Jorge, su hermano Sady, se integró al equipo de Industrial en el segundo tiempo.
En un emotivo cierre de la ceremonia, se lanzaron linternas de papel al cielo  en recuerdo de Jorge.