El gobierno finalmente dio a conocer el esperado proyecto de reforma tributaria cuyas modificaciones impositivas esperan elevar la recaudación entre US$ 700 millones y US$ 1.000 millones anuales.
La iniciativa legal ingresará el próximo lunes al Congreso y el presidente Sebastián Piñera reafirmó que los recursos extra de esta reforma irán destinados íntegramente al sector educación.
Para el economista de la Universidad de Concepción, Víctor Hernández, pese a todas las expectativas, esta reforma no es un mecanismo de redistribución del ingreso, por lo que propone una lectura cautelosa de su significado.
“Las expectativas que se está formando la mayor parte de la gente, particularmente los que están directamente involucrados -como el sector educacional- versus lo que realmente está planteando la autoridad, son muy diferentes”, sostuvo el académic.
En primer lugar, señaló que esta propuesta de reforma se aleja totalmente de toda posibilidad de que se convierta una transformación radical a la parte tributaria. Por otra parte, dice que no se puede entender como un mecanismo a través del cual se van a redistribuir ingresos y, finalmente, que los beneficios que se esperan obtener de ella van a ser relativamente modestos.
“La primera reforma que se hizo luego de retornada la democracia, en los años 90-91, generó un impacto de, aproximadamente, entre un 2 a un 2.5% en relación al PIB. Hoy, lo que se espera de esta reforma tributaria es recaudar entre US$ 700 millones y US$ 1.000 millones anuales y el PIB este año fluctúa en los US$ 220 mil millones. Es decir, las distancias son absolutamente diferentes, por lo que hay que ser muy cauteloso, aunque no cabe duda de que esto es importante desde el punto de vista del paso que se está dando. Hace más de 20 años que no teníamos reforma tributaria”, dice.
Otro aspecto importante que destaca el economista se refiere a definir la diferencia entre la recaudación de estos impuestos y el destino de estos; es decir, el uso que se les dará. “Aunque se trate de un buen propósito -sostuvo- no sacamos nada con obtener recursos adicionales si estos van a ir a parar donde no existe fiscalización en cuanto al uso de los recursos. Si es así, los beneficios al final del día se van a terminar por neutralizar absolutamente”.
Los anuncios del Presidente Piñera en materia tributaria estaban siendo fuertemente esperados y ante esas expectativas, Hernández precisa que el impacto que tendrá sobre la población no será importante. “Aproximadamente, el 82% de la fuerza laboral en Chile no tributa. Es decir, no tiene descuento por impuestos que gravan en sus remuneraciones. Entonces el impacto que eso pueda generar es mínimo.  ¿A quién va a afectar? A un 8% de la fuerza de trabajo, más o menos un millón 800 mil personas, y dentro de eso se están viendo favorecidos los tramos altos. El tramo mayor bajaría de 40%  a 36%”, precisó