La Dirección de Servicios de la Universidad de Concepción recepcionó las obras civiles de la Plaza de la Memoria y los Derechos Humanos, proyecto impulsado por la Federación de Estudiantes de la UdeC (FEC) y apoyado por la casa de estudios, con la finalidad de recuperar los espacios en torno al memorial que recuerda a los estudiantes detenidos desaparecidos de dictadura.

Las obras, a cargo de una empresa externa, se iniciaron en marzo y consistieron en la construcción del perímetro de la plazoleta que rodea la escultura Ronda de la unidad, de Lautaro Labbé (1930-2014).

El Director de Servicios, Alejandro Tudela, señaló que en estos meses se deberán concretar una serie de trabajos en los espacios aledaños a la plaza, como la limpieza del mosaico que está detrás de las esculturas y el diseño paisajístico del entorno. Por otro lado, adelantó que se pedirá un diagnóstico del estado del conjunto escultórico, de manera de que sea restaurada antes de la inauguración de la plaza, contemplada para septiembre.

Tudela destacó también que la plaza se confeccionó a partir de un diseño inclusivo, que considera rampas de acceso y pavimento texturizado para facilitar el desplazamiento de personas con dificultades de movilidad y visión.

Rodrigo Herrera, profesional del área Patrimonio de la Vicerrectoría de Relaciones Institucionales y Vinculación con el Medio (VRIM), puso de relieve el valor de la recuperación de los espacios que rodean el memorial. “La construcción de esta plaza no sólo es una recuperación física, es también una recuperación simbólica. La idea es recuperar este espacio para la reflexión, para el encuentro; por eso su diseño tiene una lógica que permite su uso en actividades asociadas a derechos humanos, de ciudadanía”.

De este modo —agregó— se revierte “no solo el deterioro de la escultura, sino también el deterioro de la memoria, del recuerdo, de un símbolo de que nunca más suceda (lo que ocurrió con los estudiantes homenajeados en la escultura)”.

Herrera ha sido encargado de coordinar la inauguración de la plaza, acto que será preparado en conjunto por el área Patrimonio de la VRIM, las direcciones de Servicios y Servicios Estudiantiles, la Federación de Estudiantes y representantes de los académicos.

El proyecto

La presidenta de la FEC, Valeria Tapia, explicó que la Plaza de la Memoria y los Derechos Humanos apunta a recuperar el espacio del memorial “para homenajear a los estudiantes de nuestra casa de estudios que soñaron y lucharon por una sociedad justa y que fueron asesinados y desaparecidos por agentes de la dictadura militar”.

“Terminar con la injusticia social es un sueño común con nuestros compañeras y compañeros asesinados y que se mantiene vigente; se expresa en los movimientos sociales estudiantil, medioambiental, feminista y Lgtbi, pueblos originarios, nuevo sistema de pensiones, por nombrar algunos”, dijo.

La dirigente señaló que, a través de este proyecto, los estudiantes descubrieron que la democracia y los derechos humanos son temas prioritarios para la comunidad universitaria. 
“Hubo una buena recepción de autoridades, de trabajadoras, trabajadores y estudiantes. Es más, nos alegra mucho que el apoyo trascendiera más allá de los límites materiales del Campus. Recibimos apoyo de muchas organizaciones sociales y comunitarias de Concepción. Es importante destacar el apoyo de las agrupaciones de familiares de Detenidas/os Desaparecidas/os, ex presos políticos y ejecutadas/os políticos”, señaló.

La plaza está pensada como un espacio pluralista que, de acuerdo a Valeria Tapia, se caracterizará por su diversidad artística, cultural, política y social, y a partir de su inauguración en septiembre —oportunidad en que también se instalará una placa en homenaje de Lautaro Labbé—, mensualmente será el punto de encuentro de las Jornadas Culturales por la Memoria y los Derechos Humanos.

Asimismo adelantó que a partir de julio se retomará la campaña #QueSeaPatrimonio, que busca que la plaza sea declarada monumento histórico.

Ronda de la unidad

El memorial a los estudiantes detenidos desaparecidos es un conjunto de esculturas de concreto y mosaico, levantado en la zona cercana a la Laguna Los Patos en 1993 en la conmemoración de los 20 años del Golpe de Estado. Igualmente, se reconoce como parte del trabajo de esculturas colectivas que llevó a cabo Lautaro Labbé a partir de la década de los 90.

Compuesta por cuatro volúmenes que representan la figura humana, esta obra es resultado de un proyecto encabezado por la representación penquista de la Agrupación Nacional de Estudiantes Universitarios Sancionados (Aneus) junto a la Federación de Estudiantes de la época, para homenajear a los estudiantes detenidos desaparecidos y ejecutados políticos de la Universidad en dictadura.

En 2013, con ocasión de los 40 años del Golpe de Estado, se remozó la placa que recuerda a los homenajeados, agregando nombres que no estaban incluidos en la original.