La acción concertada de las naciones para resolver los grandes problemas que hoy vive la humanidad es, a juicio de la vicerrectora del Instituto Tecnológico de Georgia (GeorgiaTech, Estados Unidos), Susan Cozzens, uno de los mayores desafíos a los que deben responder las políticas públicas de ciencia, tecnología e innovación en el contexto de la globalización.
El  cambio climático, la salud, la pobreza y la inequidad son -según la investigadora y especialista en políticas públicas de ciencia y tecnología-  los aspectos que hoy  requieren de un esfuerzo conjunto para lograr una aproximación a sus soluciones.
Son materias que han permanecido en el tapete por mucho tiempo y que,  si bien -como señala- han mostrado importantes progresos, aún queda mucho por hacer.
El problema –explica- es que los grupos que actualmente trabajan juntos  en temas globales como éstos son muy pequeños, en comparación a los que están focalizados en políticas de ciencia, tecnología e innovación vinculada con el crecimiento económico.
Y esto, agrega, se debe a que existen muchas áreas en las que las políticas sólo tienen competencias en el nivel nacional, por lo que impiden desarrollar una visión global.
La doctora Cozzens fue una de las expositoras del seminario Ciencia, Tecnología e Innovación: Políticas Públicas para el Desarrollo, organizado por el departamento de Ingeniería Industrial y la Incubadora de Alta Tecnología de la UdeC, Idea Incuba, y que tuvo lugar esta mañana en el auditorio Salvador Gálvez.
El encuentro contó, además, con la participación del vicepresidente de la Comisión Nacional de Innovación, José Miguel Bevanente, quien centró su ponencia en uno de los indicadores del desarrollo, el ingreso per cápita, donde dejó en evidencia la importancia de la actividad científica, la tecnología y la innovación en la distribución de las rentas no sólo entre países, sino que al interior de las sociedades.
El doctor Benavente graficó esta gravitancia de la innovación en la aspiración de Chile de doblar el actual ingreso per cápita –de 15 mil dólares-  en el horizonte de 12 años y afirmó que en la consecución de esa meta, más que pensar en las fórmulas de naciones desarrolladas como Estados Unidos o Francia, hay que mirar lo que ha hecho países que similares al nuestro, como Nueva Zelanda, Australia o Finlandia y que tiene, al igual que Chile, la particularidad de ser ricos en recursos naturales, pequeños y estar alejados del “centro del mundo” (los mercados internacionales).
Lo que hicieron esas naciones, dijo, es que, sin dar la espalda a los recursos naturales, incorporaron más conocimientos a lo que ya estaban haciendo.
"Son países que todavía siguen exportando muchos recursos naturales, igual que nosotros, pero han incorporado conocimiento, incorporando lo que algunos especialistas llaman más inspiración en el crecimiento y no tanta transpiración; no estamos hablando de inversión ni ahorro, sino de hacer mejor lo que sabemos hacer”, señaló.
La jornada fue abierta por el seremi de Economía, Ricardo Brain, quien destacó la buena salud de que goza la economía y la relevancia de este hecho en el contexto de “uno de los propósitos más motivadores del gobierno”, que es hacer de Chile un país desarrollado.
“Queremos que chile siga avanzado y no sólo que este proceso se traduzca en más crecimiento, sino en uno de carácter inclusivo,  que beneficie a todos los chilenos con el fruto del desarrollo, y creemos que una estrategia efectiva que permitirá utilizar todo nuestro potencial de crecimiento es apostar fuertemente en emprendimiento e innovación”, dijo el representante de gobierno.
Brain afirmó que el desafío de aumentar el crecimiento y el desarrollo del país descansa en el aumento de la productividad de la economía y en esta etapa, a su juicio, el rol de la innovación es fundamental.  “Estamos convencidos de que la innovación es una de las herramientas más potentes que tienen las sociedades para surgir, tanto así como la educación”, puntualizó.