Es la intervención más profunda a que ha sido sometido el Campanil en las últimas dos décadas. El 6 de febrero se iniciaron las obras en este ícono universitario, inaugurado en 1944, con el fin de reparar una serie de grietas transversales (previas y posteriores al terremoto de 2010) presentes en su estructura.
Los estudios y la programación de las obras estuvieron a cargo de los ingenieros y académicos de la facultad de Ingeniería, Mario Valenzuela y Luis Mendieta, en tanto que su ejecución fue adjudicada por la dirección de Servicios a la empresa Sigma Nova.
El director de Servicios, Franz Dechent, explicó que la intervención considera la aplicación de una resina epóxica (Sikadur)  para el tratamiento de grietas y la colocación de láminas de refuerzo (Sika Cardobur) en parte de ellas para dar más resistencia a la estructura, especialmente en la zona que "más trabajó"  durante el terremoto (entre los 8 y 11 metros desde la base), como señaló el jefe de la Unidad de Proyectos de la Dirección, el arquitecto Pedro Tagle.
Los trabajos –que debieran estar terminados a mediados de abril- contemplan, además, el reemplazo de las antiguas ventanas de fierro  -que son las originales-  por unas de aluminio,  así como el estucado y pintura de la fachada.
Dechent destacó que para las obras se contrató  un sistema de andamiaje, con patente alemana, que es el más utilizado en construcciones en altura por sus condiciones de seguridad y facilidades que ofrece tanto para el desarrollo de los trabajos como para las inspecciones técnicas.