Astrónoma María Teresa Ruiz inauguró Escuela de Verano Albor Centenario
Poniendo como ejemplo la cooperación internacional que ha hecho la astronomía para “empujar los límites del conocimiento”, la astrónoma y Premio Nacional de Ciencias Exactas, María Teresa Ruiz, advirtió que la humanidad debe aprender a trabajar de forma colaborativa para asegurar su futuro.
Invitada al acto inaugural de la Escuela de Verano 2019, Albor Centenario, la investigadora ofreció la conferencia "Origen y destino de la humanidad en el Universo", en la que habló de las galaxias y las estrellas, las técnicas que se usan para conocer el cosmos, las actuales capacidades de observación y el potencial de los nuevos observatorios que se instalarán en el país.
La Dra. Ruiz afirmó que la historia de la humanidad se inició hace 13 mil 760 millones de años con el Big Bang, que es lo que ha permitido establecer la observación del Universo.
“Lo que nos ha enseñado el puzzle que hemos logrado armar es que todos tenemos el mismo origen, todos somos hijos de las mismas estrellas (…). Así que si hay algunos que se crean mejores que otros se equivocan. Somos mucho más iguales que distintos”, señaló.
La otra enseñanza de la astronomía, indicó, es la certeza de que “nuestro destino como humanidad también es un destino común (…) porque al planeta le están pasando cosas que no sabíamos que iban a pasar; algunas son culpa nuestra, pero algunas son imposibles de impedir, como cuando el sol se ponga más caliente y lo está haciendo: vamos a tener que salir de aquí y no será fácil”, dijo.
Las primeras luces
La Escuela de Verano estará concentrada en las primeras etapas de la historia de la Universidad, por eso su nombre Albor Centenario. “Son las primeras luces del día que iluminan este inicio y acercamiento del centenario, que comienza con las primeras actividades el 17 de marzo donde recordaremos la primera clase que tuvo lugar en la Universidad”, señaló el Rector Carlos Saavedra para explicar el sentido de la nueva versión del programa estival.
Pero también recalcó que, junto con recordar de audacia y rebeldía que permitieron poner en marcha el proyecto universitario a pesar de la postergación del poder central, se debe reconocer el crecimiento experimentado y los aportes de la institución a la región y el país en su primer siglo y comenzar a soñar los cien años que vienen.
“La construcción del futuro comienza hoy en este espacio temporalidad que estamos viviendo. No es un futuro que viene espontáneo, es un futuro intencionado a partir de nuestro quehacer al desarrollo de nuestras instituciones”.
En tanto, el Director de Extensión y Pinacoteca, Rodrigo Piracés, reflexionó sobre el poder del conocimiento como creador de nuevos horizontes y el efecto que éste tiene cuando se comparte, que es el espíritu con que nacieron las escuelas de verano.
“Cuando el conocimiento no busca dividir para dominar la cultura, se convierte en una herramienta letal para el individualismo y las estrategias políticas y económicas del mercado salvaje quedan desnudas desde la sociedad… Entonces, el albor es la luz que despeja la noche y nos permite ver al otro; nos permite comprender y no ser presa de los dogmas que pretenden nublar nuestra intuición, nuestra creatividad, nuestro derecho a conocer lo que somos y no lo que queremos ser”, expresó.
En la oportunidad, el académico de Música, Alejandro Gallegos interpretó dos piezas de guitarra que son parte de un proyecto multidisciplinario de creación artística -desarrollado junto al docente de literatura, Juan Cid, y el artista visual Carlos Vergara- que será lanzado el 15 de enero como parte de las actividades de la Escuela de Verano.