El azar de la acuarela en formatos inesperados es la característica distintiva de la exposición Cordillera de papel, que ayer se inauguró en la Casa del Arte.
La muestra, del artista Francisco Salas, se expone hasta el 27 de julio en la Sala 3 y reúne una serie de obras en gran formato, a las que se suma una suerte de instalación en la que se despliegan alargados trazos sobre papel que debe ser recorrido como si fuera un paisaje.
La inauguración de la muestra fue encabezada por la Vicerrectora Jacqueline Sepúlveda, quien se manifestó “muy contenta por tener un exalumno que ha tenido participación destacada a nivel nacional e internacional, que viene a presentar sus obras y que hace aporte a la comunidad y a la cultura de la Región”.
La Dra. Sepúlveda destacó además lo “hermoso e inspirador” de la obra, que “nos permite encontrarnos con la cordillera. La naturaleza, la técnica de la acuarela y la mezcla de colores son realmente muy hermosas”.
Al presentar la exposición, la Directora de Extensión, María Soledad González, destacó que la acuarela es “la técnica perfecta para comunicar la fuerza de la cordillera. Se trata de una técnica azarosa que se puede manejar, pero en ocasiones escapa de las manos sorprendiéndonos”.
A juicio de la directora de Extensión –quien también es académica del departamento de Artes Plásticas- esta muestra tiene un “gran significado, por el hecho de que sea un exalumno de nuestra Escuela que venga con esta magnífica muestra y con esta calidad. Siento que es una tarea que estamos haciendo bien y que ellos (nuestros alumnos) son capaces de partir solos y llegar a concretar obras tan importantes como esta”.
Lo esencial
Si bien la tradición de la acuarela habla de sutilezas, en esta exposición hay mucho de provocación, con ciertas alusiones a la determinación caligráfica, y unos juegos con el dibujo y el detalle.
Para el artista, toda la exposición tiene que ver con los complementos: el complemento de la acuarela y el papel, el blanco y la mancha, el dibujo engarzado con los trazos expresivos... “Esta muestra la enfrento con la intención de tomar cosas esenciales, como la acuarela, que es la técnica más antigua y que evoca la tierra en comunicación con el agua, y el papel, revolucionaria invención de más de dos mil años. Mi trabajo se nutre de las esencias y a esos elementos agrego el fuego interno al hacer las cosas, además del aire que está en medio de todo”, explicó.
A juicio de Salas, su obra enfrenta la fuerza y eternidad de la cordillera en contraposición con la fragilidad del papel. En ese sentido, dijo, “la magia de la acuarela funciona porque existen ciertas sutilezas imperceptibles y una incapacidad de repetir una obra. Está ahí la doble confirmación de que lo que sucede es único”.