Tardía, mala, débil y dividida ha sido–según la académica de Ciencias Jurídicas y Sociales, Paulina Astroza- la respuesta que ha entregado Europa al desplazamiento de refugiados sirios a sus tierras.
La especialista en Derecho Internacional hizo un completo análisis de los alcances de esta crisis humanitaria -considerada la más importante después de la Segunda Guerra Mundial- en un seminario que tuvo lugar en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
En la oportunidad, la académica aclaró que no se trata de un problema de inmigrantes, que abandonan sus naciones de forma voluntaria en busca de mejores perspectivas de vida, sino de refugiados,  que se sienten perseguidos y huyen de sus países “porque tienen miedo que los maten”. La diferencia es relevante, porque –como explicó- en el caso de los refugiados el derecho internacional obliga a los estados a otorgarles asilo.
Por otro lado afirmó que es un tema que no sólo se centra en el viejo continente. “No es Europa la que está desbordada. Hoy día en Turquía hay casi dos millones de refugiados sirios y Europa está tan complicada porque están entrando 500 mil personas a 28 países”, señaló.
Agregó que en el Líbano hay sobre un millón de refugiados (el equivalente a un cuarto de su población),  en Jordania se cuentan otros más de 600 mil;  mientras que sólo 8 países de Africa y Asia concentran alrededor de 8 millones de refugiados. “Y lo que se acaba de aprobar (el martes en la tarde) es la distribución de 160 mil refugiados en 28 estados de Europa”, dijo.
De acuerdo a la académica, esta crisis va a continuar siendo un conflicto para el continente porque, en su opinión, “es un tema que está remeciendo las bases del proyecto europeo”.
El docente de la asignatura Derecho de Extranjería, Orlando Aravena, quien también expuso en el seminario, afirmó que en el sistema globalizado “lo que ocurre en el mundo, nos ocurre a todos”. En esa perspectiva,  aseguró que esta crisis “no es un fenómeno puntual, sino global, y por ello hay que discutir de qué manera se va abordar como comunidad internacional”.
El especialista se refirió a las acciones impulsadas desde el gobierno chileno para ayudar a refugiados sirios, a través de “un programa particular de reasentamiento, en el que se están haciendo algunas gestiones de Cancillería para otorgar visas consulares para casos específicos”.  Si bien reconoce que Chile busca aportar, en la medida de sus posibilidades,  el especialista considera que en nuestro país aún falta trabajo “para tener algo que se parezca a una política pública” en esta área.