Concretando una iniciativa que surgió en 2009 en el marco del IX Congreso Latinoamericano de Ecología (celebrado en San Lorenzo,  Brasil),  académicos de 10 universidades de América Latina constituyeron a fines de abril un grupo de trabajo dedicado a analizar los efectos del cambio climático global en los ecosistemas bentónico-costeros de la Región.
La idea del grupo es hacer una evaluación y un seguimiento de aquellos ambientes costeros que pudieran presentar una mayor vulnerabilidad frente a los efectos del cambio climático global, cuenta el académico del departamento de Oceanografía, Camilo Werlinger, quien es parte de este proyecto desde sus orígenes.
El investigador señala que ya existen algunas proyecciones, por ejemplo, en torno a las repercusiones del aumento de la radiación ultravioleta (UVB, específicamente), lo que –dice- podría traducirse en una pérdida de biodiversidad.
Otros temas de interés en el marco del trabajo del grupo son los procesos asociados al fenómeno como la acidificación de los océanos –que puede forzar cambios  en la estructura de las comunidades- o las variaciones en el nivel del mar por efecto del derretimiento del hielo  (con impactos en el hábitat de ciertas especies).
El grupo se constituyó en Ihlabela, Brasil, en un workshop de 6 días que tuvo por propósito definir aquellos ambientes que pudieran, de acuerdo a ciertas evidencias, mostrarse particularmente sensibles a los efectos del cambio climático y  definir una metodología estandarizada para conducir los estudios en torno a los ejes de acción establecida por los científicos.
El investigador explica que la mayor atención estará centrada en aquellos ambientes que son particulares de América Central y del Sur y que pudieran verse impactados en este proceso como los manglares, los mantos de  rodolitos (un tipo de algas calcáreas), las zonas de arrecifes tropicales o las praderas de kelp o quelpos (grandes algas pardas que se constituyen en una suerte de bosque marino), en la zona de la Patagonia.
Los 24 académicos reunidos en Brasil –entre los que se cuentan algunos investigadores europeos- emitieron una declaración en la que advierten sobre la necesidad de establecer una política intergubernamental destinada a entregar soporte científico a la toma de decisiones destinadas a ayudar a la sociedad a adaptarse  a los cambios; a la vez que señalan la urgencia de establecer un conocimiento de base para la definición de una estrategia en términos políticos, institucional y científica en torno al tema.
Los especialistas recomiendan, asimismo, la constitución de un marco de referencia entre los países  para la promoción de un plan sistemático de conservación de los ambientes marinos y  el establecimiento de acuerdos multilaterales para la constitución de redes destinadas a producir la información local, regional y continental necesaria para la definición de prioridades.
Por otro lado, resalta la importancia de abordar el tema desde una aproximación científica que dé cuenta de los escenarios futuros, las principales amenazas del cambio climático, de modo de identificar incertidumbres, riesgos y umbrales a escala de organismos, ecosistemas y económica.